A.P. Mi novia y yo estamos a punto de cumplir seis años de relación, y soy su primer hombre. Hace poco ella decidió separarse por sentirse asfixiada a causa de mis celos. Ahora retomamos nuestra relación. Yo la amo y estoy luchando por cambiar. Sexualmente no ha sido nunca muy activa, es penosa y no daba el primer paso. Pero desde que recomenzamos evita hacer el amor, mientras yo cada día me siento más atraído por ella. Entonces me confiesa que a veces no disfruta y le duele hacer el acto sexual conmigo. Desde que vio un caso similar en una novela, se pregunta si es anorgásmica. No quiero presionarla, pues el sexo para mí no es tan importante, pero quiero que ella pierda el miedo. Siento que está así por mi culpa, que no me esforcé y hacíamos el amor para solo satisfacer mis deseos. Quiero poder ayudarla, pero no sé qué hacer, ni qué decirle. Yo tengo 28 años, y mi novia, 21.
Esforzarse por hacer el amor no solo para satisfacer sus deseos, es lo que su saber le dicta hacer. De hecho, dice sentirse culpable por desatender ese aspecto de la relación. Ya esa es una gran hipótesis que podría valorar.
Tal vez encuentre el modo de avivar su deseo sin presionarla, por la importancia que para usted tiene ese acto al cual minimiza hoy. Lejos de resultar nimia, pudiera pensarse que esta situación asfixia más que los celos. Pudiera estar en la base de la crisis que sufren, que a la vez es una oportunidad para replantearse el lugar del deseo en esa relación. Ahora tiene una novia que desea disfrutar, sin que se minimice el acto erótico, sin que sea solo para usted.
Si finalmente resulta muy problemático solucionar la situación, no dude en continuar la consulta psicológica.