Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La salud de las mamas importa a cualquier edad

Para frenar su efecto, necesitas poner atención al estilo de vida y eliminar el sedentarismo entre otros factores

Autor:

Mileyda Menéndez

Tócate para que no te toque.

Frase de una campaña preventiva contra el cáncer mamario.

A nivel mundial, ocho de cada diez casos de cáncer de mama se reportan entre mujeres mayores de 50 años. El riesgo aumenta con la edad, y por tanto los cuidados deben extremarse a partir de la menopausia.

Lo primero a tener en cuenta es el autoexamen frecuente, pero no para callar los resultados por temor, sino para pedir ayuda profesional a tiempo ante cualquier síntoma o duda.

Es común percibir cambios de textura en las mamas durante la perimenopausia (aún no se retiró del todo la menstruación) y luego en la menopausia ya confirmada. La fluctuación de estrógenos puede crear cierta sensibilidad en los pechos sin que esto signifique un problema de salud, pero es mejor buscar opinión experta si hay dolores o pelotitas, y realizar otros exámenes para complementar el diagnóstico. 

El cambio hormonal también influye en una menor densidad del tejido mamario y su apariencia laxa, hay ejercicios para los músculos pectorales que ayudan a mantener cierta firmeza. En principio no deben causar dolor ni endurecimiento, no debe achacarse a ellos si algo irregular está creciendo o molesta hasta las axilas.

Las de tallas más rellenas deben estudiarse a conciencia y procurar exámenes incluso antes de los 40 años, porque el tejido abundante esconde con facilidad cualquier alteración.

De igual modo tienen más riesgo las mujeres que no parieron (nulíparas) o lo hicieron después de los 30 años, las que no lactaron, las de menarquia temprana (antes de los diez años) o menopausia tardía (más de 55 años), y las que se someten a tratamiento de estrógeno por tiempo prolongado.

También deben prestar más atención desde jóvenes quienes tienen antecedentes familiares de cáncer de mama u otros del sistema reproductivo, porque son factores predisponentes (también para los varones).

Para frenar su efecto, necesitas poner atención al estilo de vida y eliminar el sedentarismo, la alimentación chatarra, el vestuario demasiado ajustado (sobre todo en el pecho), exposición a agentes tóxicos, exceso de alcohol… todos ellos pueden disparar el riesgo neoplásico latente en tu ADN. 

Más vale prevenir…

Según explican varios artículos en revistas cubanas de Salud, promover el autoexamen de mamas desde edades juveniles es un recurso valioso para el sistema de atención primaria (APS).

El asunto no es baladí, en tanto constituye la primera causa de muerte femenina por neoplasia en el mundo y la segunda en nuestro país (alrededor de 2 000 casos por año), razón por la que contamos desde 1987 con el subprograma de Diagnóstico Preclínico y Precoz de Cáncer Mamario, integrado al Programa Nacional de Reducción de la Mortalidad por Cáncer. 

El autoexamen es un instrumento vital: el 80 por ciento de los casos se detectan por esa vía en estudios más tempranos. Es lamentable su pobre utilización en la Isla, no por tabúes culturales o religiosos, como en otros países, sino por una pobre percepción del autocuidado de salud.

La mama es una glándula preparada para la producción y secreción de leche con finalidad nutricia para las crías, y es lo que nos da la condición de mamíferos; pero no es esa su única función en nuestra especie, como demuestra su perenne visibilidad, no solo en etapa de lactancia.

Fue la cultura quien transformó la mama en seno: componente erótico más allá de la fecundidad, símbolo de madurez, belleza y feminidad, con un lugar propio en todas las artes.

Aunque se evita mostrar en gran parte a los demás, es fuente de seguridad subjetiva para su portadora, y por tanto una amenaza a su existencia suele ser vivida con angustia. De hecho, algunas pacientes puestas a escoger entre la cirugía o la vida no tomarían la decisión correcta sin ayuda sicológica profesional o presión de sus familiares.

La autoexploración mamaria se recomienda a partir de los 20 años. Su valor es extraordinario, porque es el primer recurso de una mujer para llegar a un diagnóstico temprano de algunos procesos patológicos de la glándula mamaria.

La pareja puede participar en el esclarecimiento de las diferencias al palpar una mama con alguna protuberancia. Ser honestos en ese momento es también un acto de amor, o de decencia, si no es una relación estable.

Tratarlos desde pequeños da mejor pronóstico, y facilita la cirugía conservadora, lo cual ayuda además a la recuperación sicoemocional de la afectada, la autoaceptación.

No es difícil el autoexamen. El médico de familia, las enfermeras, otras mujeres de la familia, incluso varios sitios de internet pueden orientarte cómo palpar, presionar, buscar a conciencia cualquier síntoma. Pronto te compartiremos en Sexo Sentido una infografía que ilustre el proceder, y puedes acudir a los diversos grupos de autoayuda creados por mujeres sobrevivientes y sus seres queridos.

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