Buscando aprovechar las aguas subterráneas para regar, los granjeros de las zonas áridas de Nevada, Estados Unidos, comenzaron a perforar en el Rancho Fly en 1917. Pero como el agua salía casi a cien grados interrumpieron la extracción. No obstante, en 1964 trataron de utilizar esa energía geotérmica, pero entonces ya no era suficiente. Se sellaron los pozos, y comenzó a salir el líquido a presión a metro y medio de altura, mientras empezaron a formarse diversas estructuras calcáreas de una gran belleza que se destacan por su colorido y la combinación del carbonato cálcico de las rocas con las algas termófilas. Fue así como nació el impresionante géiser Fly.