En la historia de la humanidad existen muy pocos países (y afirmaría solo uno) que hayan ayudado mediante los servicios de salud a 164 naciones del mundo sin exigir nada a cambio. La altruista política internacionalista cubana se comenzó prácticamente con la victoria de 1959 y ha continuado en estos años pese a las enormes dificultades económicas que ha enfrentado el país debido al bloqueo económico y financiero que ha impuesto Estados Unidos contra Cuba por más de seis décadas.
A pesar de que al triunfo de la Revolución existían en el país 6 286 médicos y el 50 por ciento emigró por presiones de Washington o por no agradarles el sistema acordado para beneficio de las grandes mayorías, nuestro país envió en 1960 una brigada médica emergente y varias toneladas de equipos e insumos a Chile, afectado por un fuerte terremoto.
Pero el comienzo de la colaboración médica se considera a partir del 23 de mayo de 1963 cuando partió hacia Argelia una brigada integrada por 55 especialistas de salud para ayudar a ese pueblo recién liberado del colonialismo francés con una situación médico-sanitaria desastrosa.
Siete meses antes, el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, en el acto inaugural del Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón afirmó: «…conversando hoy con los estudiantes, les planteábamos que hacen falta 50 médicos voluntarios para ir a Argelia… Estamos seguros que se van a ofrecer más, como expresión del espíritu de solidaridad de nuestro pueblo con un pueblo amigo que está peor que nosotros… Claro hoy podemos mandar 50, dentro de ocho o diez años no se sabe cuántos, y a nuestros pueblos hermanos podremos darle ayuda; porque cada año que pase tendremos más médicos, y más estudiantes ingresarán en la Escuela de Medicina…».
Cuando en el año 2 000 entrevisté al doctor Pablo Resik, jefe de la brigada médica que estuvo en Argelia, me contó que ese país estaba prácticamente sin galenos. «El trabajo allí fue muy difícil porque era la primera experiencia internacionalista cubana; nos encontrábamos en una nación árabe, musulmana, con hábitos y costumbres culturales distintas a las nuestras, y además debíamos aprender otros idiomas, pues primaban el árabe y el francés. La cadena de traducción era larga con otros intérpretes pero la logramos estructurar en beneficio del enfermo».
Pueblos y naciones que han sufrido terremotos, inundaciones, ciclones, epidemias, han recibido a lo largo de estos años el apoyo de médicos, enfermeros, técnicos y personal de salud en general. Cuba se enorgullece de esa práctica internacionalista que ha ofrecido sin mediar nada a cambio, solo llevándose por principios humanitarios y de solidaridad con pueblos hermanos.
Son cientos los ejemplos que puede mostrar Cuba en su colaboración y ayuda médica ofrecida a las naciones del mundo. Una de estas fue cuando el violento terremoto que sacudió a Indonesia en octubre 2005. No existían relaciones diplomáticas en ese entonces con la nación asiática pero no obstante, el Comandante en Jefe, Fidel Castro dio las indicaciones para que se ofreciera a ese país toda la ayuda necesaria.
Con el principio de voluntariedad, se localizaron numerosos médicos, enfermeras y técnicos de la salud, se preparó instrumental ortopédico quirúrgico en grandes cantidades: tornillos, láminas, prótesis de caderas y distintos tipos de alambres. Prácticamente se envió el 90 por ciento de los instrumentales ortopédicos con que contaba el hospital Frank País. Además se compraron más instrumentos a diferentes compañías ortopédicas y se enviaron a Pakistán. Así es la política humanitaria internacional cubana.
Actualmente, según cifras oficiales del Ministerio de Salud Pública de Cuba los colaboradores cubanos de la salud se desempeñan en 67 países y en «la abrumadora mayoría de las misiones cumplidas los gastos han sido asumidos por el Gobierno cubano. Igualmente, en Cuba se han formado de manera gratuita 35 613 profesionales de la salud de 138 países».
Como expresó recientemente José Ángel Portal, ministro de Salud Pública, «No es aceptable que se cuestione la dignidad, la profesionalidad y el altruismo de los más de 400 mil colaboradores cubanos que han cumplido misiones en 164 países, llevando los mejores saberes y el más elevado desempeño integral».
La inmaculada historia de colaboración e humanismo médico-sanitario esparcida por la Revolución cubana en estos 60 años se abre paso ante el mundo pese a que la administración estadounidense, que le impone bloqueos y extorsiones, la quiera denigrar. Los pueblos del planeta han sido testigo de ese enorme altruismo cubano.