MOSCÚ, julio 1.— El aumento del presupuesto militar por parte de los países de la OTAN será «catastrófico» y conducirá al colapso del bloque, declaró el lunes el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y coincidió ese comentario con la sugerencia previa del ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radosław Sikorski, de que un aumento del gasto de defensa de Moscú podría provocar la caída del gobierno.
En la cumbre más reciente de la OTAN, celebrada en junio en La Haya, los estados miembros se comprometieron a destinar el cinco por ciento del PIB al sector militar, un aumento significativo respecto al objetivo anterior del dos por ciento, que no era alcanzado por todos los países del bloque.
Polonia respaldó el aumento, argumentando que no alcanzar el nuevo objetivo «lo antes posible» representaría una «amenaza» para el bloque, considerando el conflicto en curso en Ucrania, y el ministro de Exteriores polaco, Radosław Sikorski, en entrevista con medios polacos, sugirió que un aumento del gasto de defensa de Moscú podría provocar la caída del Gobierno ruso. Sikorski, estableció un paralelismo entre la Rusia moderna y la URSS, y refiriéndose al presidente Vladimir Putin, afirmó que «él mismo dijo una vez que la Unión Soviética cayó porque gastó demasiado en armamento, y ahora está haciendo exactamente lo mismo», citó RT.
Mientras tanto, en declaraciones a la prensa en el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) en Kirguistán, Serguéi Lavrov al discrepar de la caracterización de Sikorski, replicó: «Quizá prevé, siendo tan profeta, que este aumento catastrófico, en mi opinión, de los presupuestos de los países de la OTAN también conducirá al colapso de la organización».
Lavrov afirmó, además, que Rusia «planea reducir su gasto militar», que ahora representa el 6,3 por ciento del PIB, y «guiarse por el sentido común, y no por amenazas inventadas como las de los estados miembros de la OTAN, incluido Sikorski».
El objetivo del cinco por ciento del PIB se enfrentó a la oposición de algunos miembros de la OTAN. El primer ministro eslovaco, Robert Fico, dijo que su país no podía asignar una vigésima parte de su presupuesto estatal a defensa, mientras que el primer ministro español, Pedro Sánchez, calificó el objetivo de «no solo irrazonable sino también contraproducente».