Aunque dentro del heterogéneo grupo que somos los jóvenes todavía se constatan planteamientos de insatisfacción con la cultura y las opciones recreativas, estas necesidades han sido priorizadas por las autoridades gubernamentales. Dentro de las urgencias mayores están las opciones recreativas que se necesitan en los municipios periféricos de las capitales o en zonas desfavorecidas.
Para darle tratamiento a esta situación, en el consejo popular de Puerta de Golpe, ubicado en Consolación del Sur, provincia de Pinar del Río, surge un proyecto comunitario nombrado Patio de Pelegrín, nacido donde antes existió un basurero.
Este es un espacio que favorece el desarrollo político, económico y social de la localidad. Además de aglutinar diversas opciones recreativas y propicias para un esparcimiento sano y entretenido, apoya al país en el rescate de la cultura tradicional, en el proceso evolutivo de la personalidad y se encarga de inculcar y fomentar valores.
El proyecto fue creado por Mario Pelegrín, y como su sobrino y parte de toda la familia que trabaja allí, mi labor es incentivar a los jóvenes a defender estas ideas como rescate de nuestra cultura y como una inclusión motivadora y opción más asequible en nuestra realidad.
Muchos de los que trabajamos directamente en el patio, lo hacemos en el tiempo libre, porque cumplimos funciones laborales en el Sistema de Salud, en Educación o en el sector de la Cultura. Y nos es grato darlo todo en este empeño en beneficio de la comunidad, en la que hemos dejado una huella.
Cuando alguno de nosotros falta, otros asumen las responsabilidades en el patio. Por ejemplo, hace un tiempo cumplí misión internacionalista por tres años en la República Bolivariana de Venezuela y, al regresar, encontré el lugar con mayor belleza que la que había dejado.
Desde la escuela primaria María Teresa Grenier Torres trabajamos con los niños, quienes protagonizan los talleres con pinturas y artesanías; también realizamos distintas convocatorias e involucramos a padres y vecinos. Como estamos enmarcados en una zona tabacalera, el patio es sede de eventos científicos acerca de la producción de este rubro. También se han discutido los planteamientos e insatisfacciones de los campesinos, porque, a la vez, me desempeño como delegado del Poder Popular.
Entre lo que se puede encontrar cuando llegas al Patio de Pelegrín, hay manifestaciones de artes plásticas, música, teatro, repostería, medio ambiente, deporte, artesanía y danza. También tenemos una cita semanal dedicada al danzón, baile tradicional cubano que además de ser practicado por los de la tercera edad, generación que más se identifica con él, también se acerca a los más nuevos para enamorarlos con su pasión.
Los instructores de arte y los artistas aficionados también son parte del proyecto, pues brindan de su talento en actuaciones o exposiciones de cuadros que pueden ser comprados por el público que llega al lugar, que, dicho sea de paso, es abundante. En ocasiones, hasta se convierte en punto de visita de delegaciones turísticas que disfrutan nuestra sala de exposición, el café literario y otros espacios de recreación como disco-fiñes, disco-joven y el Día de la rumba cubana.
Para Abel Prieto, quien lo ha visitado junto con otros intelectuales y personalidades, el proyecto constituye una plataforma y un ejemplo para fortalecer y perfeccionar el trabajo de la cultura y la recreación.
Como joven, exhorto a los demás integrantes de esta generación en todo el país a que visiten este espacio y tengan la posibilidad de apreciar que podemos cuidar, preservar y fomentar lo que tenemos, buscar lo que nos falta y crear nuestras opciones de recreación.
*Especialista principal de laboratorio en el policlínico Primero de Enero, de Consolación del Sur, Pinar del Río