Mientras el inquilino de la Casa Blanca (ya por pocos meses) habló en sus discursos de éxitos del plan de seguridad en Iraq de optimismo ante los nubarrones económicos; los números, obstinados, demuestran lo contrario.
VergüenzaCinco años de ilegal y cruenta guerra han dejado profundas huellas en Iraq y en Estados Unidos:
Un millón 200 000 iraquíes han muerto como resultado del conflicto bélico o víctimas de las terribles condiciones sanitarias, alimentarias y ambientales que existen en el país, según estadísticas del británico Opinión Research Business. Solo esta semana, los enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y combatientes chiitas han causado al menos 200 muertos y centenares de heridos en Basora, Bagdad y algunas otras ciudades.
Cuatro mil tres son las bajas por muerte del ejército norteamericano hasta hoy; más de 30 000 han resultado heridos, de los que un tercio sufre mutilaciones e invalidez; 100 000 combatientes padecen problemas mentales en algún grado, señaló un reporte del Departamento de Veteranos; 1 500 mercenarios o civiles estadounidenses han muerto también en la contienda. Líderes militares dijeron el miércoles al Presidente que están preocupados por las crecientes presiones que la guerra está ejerciendo sobre los soldados y sus familias.
Mil quinientos científicos, más de 2 000 médicos, unos 300 maestros y 233 periodistas (la mayoría iraquíes) han sido asesinados desde el inicio de la guerra. Iraq se queda sin paz y sin profesionales. Los que no mueren, emigran.
Doce mil millones de dólares mensuales costará la guerra en el 2008, el triple de lo gastado en el 2004. Más de 500 000 millones se han dilapidado hasta ahora; 845 000 millones es el gasto combinado en Iraq y Afganistán; tres millones de millones el costo que se calcula hasta el 2017. Los 12 años de la guerra de Vietnam costaron 670 000 millones, al valor actual, según el Servicio de Investigaciones del Congreso. Nadie ha podido calcular el enorme costo económico causado a Iraq.
Economía hipotecadaAnte la tormenta, Bush intenta poner buena cara y habló de planes que estimularán el consumo y sacarán a flote la maltrecha economía. Pero otra vez las cifras golpean con contundencia:
Cuatrocientos diez mil millones de déficit presupuestario pronostica la Casa Blanca para el 2008. Expertos como Paul Craig Roberts, subsecretario del Tesoro en el gobierno de Reagan, esperan que el monto final sea superior, ante la inevitable recesión.
Un millon cien mil millones de dólares deben los ciudadanos norteamericanos por los préstamos para el consumo y la compra desde autos hasta electrodomésticos. Los bancos están cada vez más preocupados ante la posibilidad de no recuperar buena parte de ese dinero.
Un millón de empleos pudieron crearse en el 2007 solo con los 138 000 millones de dólares gastados en guerras durante el año, calcula el economista Robert Pollin de la Universidad de Massachussets. «La guerra —señala— ha sido un desastre estratégico para EE.UU., pero no se ha comprendido el desastre económico que representa».
Treinta y cuatro mil empleos han reducido en los últimos nueve meses los bancos de Wall Street, por las pérdidas hipotecarias y las provisiones; más que con la crisis de las empresas punto com en el 2001.
Ochocientos treinta y seis mil millones de dólares es la diferencia entre la deuda total por hipotecas que tienen los norteamericanos y el menguado valor de sus propiedades inmobiliarias, dice un estudio de la Merryl Linch.
Ciento nueve dólares con veinte centavos es el precio récord de un barril de petróleo marcado en el 2008; 1.59 dólares por euro es la más pronunciada caída hasta hoy de la moneda norteamericana, registrada el pasado 17 de marzo; ese mismo día la onza de oro alcanzó el increíble precio de 1 032,70 dólares. Récords y más récords impulsados por las guerras, la debilidad de la economía y la especulación.
La realidad se torna difícil para parte significativa de la sociedad norteamericana: sus hijos mueren o son heridos y sus casas se hipotecan. El mundo también sufre las consecuencias. Poco sabe de sumar y restar (pensar) el ocupante de la Casa Blanca. Pero ahí están los números con su realidad y su denuncia.
Fuentes consultadas: The New York Times, The Wall Street Journal, Clarín, EFE, AP, ANSA, www.icasualties.org