Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Otra ventana para la refrendación del chavismo

Autor:

Marina Menéndez Quintero

Una nueva contienda electoral tensa las fuerzas políticas en Venezuela: no serán comicios cualesquiera los que tendrán lugar allí el próximo domingo.

Por primera vez, la escogencia de los 285 miembros de la Asamblea Nacional coincidirá con la de los líderes de las 24 gobernaciones y los integrantes de los consejos legislativos de cada Estado, lo que convierte a esa cita con las urnas en una megaelección que, para asegurar la buena marcha del nuevo mandato de Nicolás Maduro, debe asegurar que el chavismo y sus aliados, reunidos en el Polo Patriótico, mantengan la mayoría que hoy sostienen tanto a nivel del Parlamento, como al frente de las distintas regiones.

Pudiera decirse que estas elecciones deben resultar, por un lado, el complemento de las presidenciales realizadas en julio pasado. Por el otro, se espera que este encuentro con las urnas las revalide frente a la ya vaga estela en que se han convertido las manipuladas denuncias de fraude que emitió la derecha dura, para desconocer aquel triunfo.

Aunque ya sin el seguimiento mediático de aquellos días, María Corina Machado, autoimpuesta como líder de la Plataforma de la Unidad Democrática y catapulta del anodino excandidato Edmundo González, ha vuelto a buscar adeptos mediante el escándalo. 

Si en julio anticipó «el fraude», ahora llama a la abstención. Es la única manera en que su figura puede tratar de influir en la votación desde el ostracismo, pues la Plataforma no participará.

Sin embargo, otros representantes de la derecha, incluso, dirigentes tradicionales como Manuel Rosales, ahora líder del partido Un Nuevo Tiempo, y gobernador de Zulia, no solo participan, sino que llaman a hacer oídos sordos al llamado de la oposición violenta que María Corina representa.

Claro que, siendo de carácter regional una de las votaciones del domingo, abundan las organizaciones políticas con alcance estadual, así como los aspirantes, que suman más de 6 000 en todo el país, lo que enriquece el carácter democrático del encuentro con las urnas.

Ese carácter local, sin embargo, no resta importancia al voto en los distintos Estados. En las bases está el sustrato del poder bolivariano.

En la cúspide, no obstante, radica buena parte de la posibilidad de seguirlo materializando. La Asamblea Nacional, asiento del poder legislativo, resulta un elemento esencial para cualquier ejecutivo. Allí está la posibilidad de hacer cristalizar su programa de Gobierno; o convertirlo en un instrumento retardatario si la oposición derechista lo dominase, como hemos visto más de una vez en otras elecciones.

El período abierto en el quehacer nacional desde julio pasado sigue centrado en lo económico, como lo signa la necesidad de seguir sorteando las medidas punitivas estadounidenses, algo que Venezuela ha conseguido como especiales buenos resultados el año pasado.

Pero tampoco puede descuidarse la defensa, como le ocurre a todo proceso de cambios, siempre bajo el asedio de la derecha local y regional.

Este lunes, la denuncia de nuevos planes conspirativos, supuestamente organizados por sectores de la ultraderecha desde Colombia, fue denunciada desde Caracas que, en virtud de esas amenazas, suspendió los vuelos entre ambas naciones. Ello demuestra que no ha acabado el intento de destruir el proceso bolivariano.

Los resultados electorales del próximo domingo, como ha significado tras los más de 30 comicios celebrados en Venezuela desde el triunfo de Hugo Chávez, deben significar otro empuje para su proyecto, y un nuevo valladar ante quienes quieren la reversión y el retroceso.

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