A dos consejos, el mismo rechazo sordo.
El primero viene del presidente israelí Shimon Peres. El veterano político, que hace solo dos años mudó su vestimenta laborista para cambiarse hacia Kadima —el partido de «centro» fundado en 2005 por el derechista Ariel Sharon—, tiene un plan, y lo hace saber al gobierno de Ehud Olmert: liberar a todos los presos palestinos en cinco años, a cambio de lograr con la Autoridad Nacional Palestina (ANP) un acuerdo de seguridad.
Desde luego, la frase «todos los presos palestinos» se dice fácil. Pero se trata de más de 10 000, y las causas que los retienen en las cárceles israelíes son varias, desde emplear la lucha armada para lograr el fin de la ocupación de sus territorios, hasta... estar sentados en casa viendo la TV.
En este último caso, se trata de personas bajo «detención administrativa»: no se les acusa de nada, no se les informa por qué están tras las rejas, ni se les anuncia un juicio futuro, ni tienen idea del día en que serán puestas en libertad. Simplemente se aprestaban a echar una siesta, rezar en la mezquita o cenar con amigos, cuando una patrulla israelí pasó, los arrestó y los lanzó al limbo.
Pues bien, incluso ellos entrarían en ese «arreglo», que no contendría cesiones territoriales en Cisjordania, porque los palestinos —dice Peres— han reconocido no estar «preparados» para controlar territorios en este momento.
Una objeción: ¡pero si precisamente obtener la retirada militar israelí es la principal demanda palestina! Difícilmente se pueda sustentar ningún acuerdo de paz y calma sobre la única base de liberar presos, la inmensa mayoría de los cuales, además, no tendrían por qué estar en prisiones de una potencia ocupante, un insólito escándalo más propio de la Edad Media, cuando los reinos guerreaban, se arrebataban entre sí vastas extensiones y lanzaban a sus enemigos a podrirse de por vida en los calabozos.
No obstante, aun con esas carencias, la propuesta de Peres recibió «cero hit, cero carrera» en el gabinete de Olmert, que se apresuró a rechazarla. Y como el papel del presidente en Israel es más bien protocolario —o más criollamente dicho: ni pincha ni corta—, pues quedó al campo.
En el segundo caso está una idea esbozada por el primer ministro italiano Romano Prodi: si se quiere alcanzar una solución pacífica a las tensiones en Oriente Medio, hay que hablar con todas las partes implicadas, «incluidos HAMAS (el Movimiento de Resistencia Islámica) y Siria».
Para Prodi y los parlamentarios británicos es necesario el diálogo con HAMAS. En la foto, Ismail Haniyeh, líder de HAMAS, y el presidente Abbas. Foto: AP
HAMAS, añadió Prodi, «no puede ser una palabra tabú». La lógica de su propuesta descansa en una verdad comprobada: no hay salida al conflicto en Palestina mediante el recurso de las armas. Queda, pues, el diálogo, y a este deben acudir los principales involucrados, que en el lado palestino son tanto el movimiento Al Fatah, del presidente Mahmud Abbas, como HAMAS, que gobierna en solitario la boicoteada Franja de Gaza desde los choques armados con el partido antes mencionado, en junio.El argumento del jefe del gobierno italiano acaba de ser respaldado, coincidentemente, por un informe de la Comisión de Política Exterior del Parlamento británico, instancia que tilda de «contraproducente» haber negado desde el principio ir a la mesa con HAMAS, y llama al gobierno de Gordon Brown a buscar contactos con los «moderados» de dicha fuerza política. Se van abriendo los ojos en Europa.
¿Reacción en Israel? De «estupor y preocupación», según su cancillería. «HAMAS no ha cambiado, y si lo ha hecho, ha sido para empeorar, luego no hay ningún motivo para que la comunidad internacional lo premie con una negociación».
Solo que una negociación no es un trofeo, sino una vía, un medio para la paz, y ni Israel puede darse el lujo de privarse de ella. Pero a los cortos de vista les es más fácil ignorar al viejo Peres, y descalificar a un italiano al que, creen, nadie dio vela en este entierro.
De todos modos, hay fotos de Olmert estrechándole la diestra a Abbas. «¿Alguien duda de que desea la paz?».