La educación es una prioridad anunciada por Ortega. Foto: Reuters
Con evidente tono de disgusto, cierto artículo publicado en el nicaragüense diario La Prensa afirma que Daniel Ortega «ha abandonado el rosado chicha» —en alusión al malva que caracterizó a la campaña electoral— «por su tradicional rojinegro»... Pero la supuesta variación de matices con que el editorialista pretende satanizar a Ortega, recordando su formación sandinista, debe estar provocando satisfacción en las mayorías y no solo en las bases que siguen apegadas a los ideales del FSLN, a pesar de los no pocos entuertos que ha atravesado la organización durante los 16 años que llevaba alejada del poder.Más allá de las filiaciones políticas, sin embargo, lo cierto es que lo realizado por el gobierno durante el mes transcurrido desde la toma de posesión, debe haber proporcionado ya gran alivio a las desprovistas mayorías nicaragüenses.
A fin de cuentas, tampoco parece haber motivos para pensar que el líder del FSLN haya echado a un lado los compromisos hechos durante su campaña con esa otra parte del país que no ha sufrido la pobreza, y a la que prometió, en esencial, mantener a la nación dentro del CAFTA-DR —el acuerdo regional de libre comercio suscrito por Centroamérica y República Dominicana con Estados Unidos—, velar por los índices macroeconómicos, y respetar la propiedad privada. Pero ello no debe impedir —y también fue advertido por Ortega— la ejecución de medidas que reivindiquen al 70 por ciento de nicaragüenses confinados a la exclusión.
Tales propósitos, y la presencia de sectores de la derecha e, incluso, de quienes fueron miembros de la contra —la contrarrevolución— en la amplia y para muchos, extraña alianza de gobierno que Ortega encabeza, significa un difícil ejercicio de equilibrio que, no obstante, parece estarse ejecutando bien.
Ahora, si lo que la derecha espera es una continuidad del modelo neoliberal, todo indica que seguirá frustrada.
Vuelta de la gratuidad a la salud y la enseñanza; rebaja en los altos sueldos de los funcionarios públicos; proyectos para beneficiar a decenas de miles de familias campesinas amenazadas por el hambre, y aceptación por el legislativo del poder ciudadano, que se pretende instrumentar por medio de consejos sectoriales, son algunos de los pasos dados en poco más de 30 días.
Más recientemente, la llegada al país de grupos electrógenos suministrados por Venezuela y cuya instalación cuenta con el asesoramiento cubano, ayudará a Nicaragua a resolver un déficit de electricidad convertido en crisis de apagones diarios y que, según organizaciones sociales, se debe a Unión FENOSA, la multinacional española a cargo, desde que el servicio —como las telecomunicaciones y otros rubros estratégicos— se vendió a extranjeros, en 1990. Tarifas elevadas en más de un 30 por ciento se suman a una expoliación que podrá ser frenada gracias a la colaboración y a la adhesión de Nicaragua al ALBA, anunciada por Ortega el mismo día de su toma de posesión.
Según informó PL, las primeras ocho plantas empezaban a suministrar electricidad desde ayer, al tiempo que se alista el cambio de casi dos millones de bombillos incandescentes por otros más ahorradores en todos los hogares nicaragüenses. Ello representará un ahorro de entre 60 y 70 megavatios a nivel nacional, según un estudio previo realizado por ENTRESA con la cooperación de especialistas y trabajadores sociales cubanos, dijo el despacho.
CARA A CARA CON EL FONDOBuena parte de las posibilidades de seguir avanzando en materia social quedará definida, sin embargo, luego de las pendientes negociaciones con el FMI, que estaban previstas para la semana pasada pero se pospusieron hasta abril. El sandinista Bayardo Arce, presentado por El Nuevo Diario como asesor gubernamental, dijo al periódico que será Managua quien presente su propuesta de programa, en vez de esperar que el organismo diga a Nicaragua lo que debe hacer, actitud que representa un cambio sustancial en el modo de actuar ante el FMI.
«Este programa se le va a presentar al Fondo para ver si llena sus parámetros y si lo avalan. Lleva como sello la lucha contra la pobreza, el estímulo a la inversión y generación de empleo que, dicho sea de paso, son elementos que declara como principios el FMI», afirmó Arce.
Acuerdos suscritos con Irán a propósito de la visita del presidente Ahmedinejad y, de otro lado, la lógica reticencia a acceder al pedido de Estados Unidos de desmantelar más de mil misiles tierra-aire adquiridos, según los medios de prensa, por la Nicaragua sandinista a la desaparecida Unión Soviética en los tiempos de la guerra de baja intensidad y de los contras enviados por Ronald Reagan, son otras de las posturas soberanas asumidas por el nuevo gobierno.
Si eso es abandonar el rosado —puede que piensen los nicaragüenses—, bienvenido el cambio...