Trump llamó al ministro de Finanzas noruego, Jens Stoltenberg, para hablar del asunto Autor: Juventud Rebelde Publicado: 09/10/2025 | 04:35 pm
Este viernes el Comité de los Premios Nobel de la Paz dará a conocer quien lo recibe, pero el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien quiere sobremanera recibirlo para dar complacencia a su desenfrenado ego y seguir mostrándose como el que termina las guerras —nada más alejado a la realidad—, ha intensificado en los últimos días sus presiones, tanto públicas como privadas, para que le sea concedido el galardón.
Han sido tales las presiones, que en los días recientes han crecido las preocupaciones en Noruega y, por supuesto, parece que también entre los integrantes del Comité que lo otorga. No es para menos, el vengativo mandatario y millonario del sector inmobiliario se caracteriza por tener entre su arsenal personal el uso de sanciones, especialmente las represalias económicas. ¿Acaso no es el «rey de los aranceles»?.
Además de sus cachanchanes —para decirlo en el mejor léxico cubano—, él mismo se ha encargado de hacerse la propaganda, asegurando casi a diario que se lo merece porque ha dado fin a siete guerras.
Esas presiones vergonzosas, consideradas sin precedentes, son la comidilla en el mundo de la diplomacia y titulares de los medios, con mayor incidencia en los días previos al evento. Según el Financial Times, fuentes en Oslo confirmaron que Trump llamó —y fue bien directo sin utilizar atajo de ningún tipo—, al ministro de Finanzas noruego, Jens Stoltenberg, para hablar del asunto. Que le suena ese nombre, pues claro, ese economista y político nórdico fue secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la OTAN, entre 2014 y 2024, así que bien sabe los asuntos, aunque más bien de guerra que de paz.
Además, su enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, le hizo de vocero entre diplomáticos europeos, y el al parecer imprescible alabardero, el secretario de Estado, marco Rubio, también ha sido de los de primera fila para instar a que le den el Premio, que a decir verdad, en su larga historia ha llegado a manos de alguien no merecedor…pues debiera ser inspirador de la construcción de la paz mundial, una carencia inobjetable en esta sufrida Tierra.
No piense que solo con mensajitos conminatorios en Truth Social y el acompañamiento de algún que otro medio en venta y de sus fanáticos seguidores o cohorte palaciega, lo de las sanciones pueden ser algo muy serio para la economía noruega, habida cuenta que ya en abril se vio atrapado por los aranceles «recíprocos» de Trump y la Bolsa de Valores de Oslo se desplomó y se tambaleraron los exportadores de salmón, decían entonces los medios noticiosos. A Noruega le correspondió entonces un arancel del 16 por ciento sobre los bienes exportados a Estados Unidos, además de que buena parte de sus exportaciones de acero, aluminio y autopartes se destinan a las Unión Europea y la industria automovilística del Viejo continente fue duramente afectada por los aranceles del 25 por ciento de Trump, así que Noruega es una víctima por carambola de contraproductiva guerra económica del estadounidense.
Para tensar la situación, recién una publicación recordó que un paso honroso dado por Noruega que no debe haber sacado una sonrisa Trump: retiró inversiones en empresas estadounidenses vinculadas a controversias internacionales, como Caterpillar, implicada en la demolición de viviendas palestinas.
Este viernes conoceremos el resultado que puede ser el del decoro o el de la ignominia.