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Netanyahu, la invasión a Rafah y sus «islas humanitarias»

La hipocresía de Washington se renueva cuando el secretario de Estado Antony Blinken reiteró que EE. UU. quiere un plan para los palestinos que viven en la ciudad antes de los ataques de Tel Aviv

Autor:

Juana Carrasco Martín

EL primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aprobó un ataque terrestre a Rafah. Al menos 1,5 millones de palestinos están hacinados en la ciudad fronteriza con la prácticamente desértica península egipcia de Sinaí, muchos de ellos desplazados de otras regiones dde la Franja de Gaza, el enclave asediado y bombardeado desde el pasado 7 de octubre.

 En una posición que muchos analistas consideran hipócrita, la Casa Blanca ha pedido que Tel Aviv tenga un plan para los palestinos antes de atacar; pero el viernes 15 de marzo, la oficina del primer ministro israelí dijo que Netanyahu «aprobó los planes de acción en Rafah», un anuncio de que el ejército está «preparado para la parte operativa y para la evacuación de la población», una población que ya se había desplazado hacia Rafah, obligada por el bombardeo y asalto genocida al resto de Gaza.

El comunicado no proporcionó detalles ni un cronograma del ataque, dijo antiwar.com, que también subraya que las organizaciones humanitarias han advertido que un ataque a Rafah exacerbaría la catastrófica situación que enfrenta el pueblo de Gaza, y señala que ese ataque iría en contra de los deseos del principal patrocinador de Tel Aviv, Washington.

Netanyahu arengó el jueves a sus tropas: «Como primer ministro de Israel, rechazo esta presión. Ya llevamos cinco meses haciendo esto con éxito; Este es un tiempo récord en la historia de las guerras de Israel», y agregó: «Seguiré rechazando la presión. Entraremos en Rafah. Completaremos la eliminación de los batallones de Hamás. Restauraremos la seguridad y traeremos la victoria total al pueblo de Israel y al Estado de Israel».

El «plan» que el presidente Joseph Biden le reclama a su socio Netanyahu se tradujo en la declaración del régimen sionista de Tel Aviv que crearía «islas humanitarias» dentro de la Franja para el enorme número de palestinos que nuevamente serán desplazados por el ataque terrestre que ya parece inminente.

Denominar como «islas humanitarias» a lo que sería una parodia de los bantustanes es un sarcasmo, reproducirían para la población palestina, para los no-judíos, el Bantustán del apartheid, las reservas tribales de habitantes no-blancos en Sudáfrica y África del Sudoeste, creación perversa de la segregación impuesta. Nuevamente los sionistas emulan de manera siniestra y retorcida al hitlerismo y sus guetos para judíos.

 Quizás sirva para esa definición política de extrema crueldad que el ministro de Finanzas del gabinete de guerra de Netanyahu, Bezalel Smotrich haya negado la existencia de un pueblo o una nación palestina, para «justificar» que nunca habría un Estado palestino; y que el ministro de la Guerra, Yoav Gallant llamara a los palestinos «animales humanos».

Pero es Estados Unidos quien ha mantenido al Estado de Israel, cuando anualmente le entrega 3 800 millones de dólares de ayuda militar y durante años ha vetado cualquier resolución presentada en el Consejo de Seguridad de la ONU que condenara a los crímenes repetidos una y otra vez por Israel contra el pueblo palestino desde hace 75 años. Un sostén multiplicado ahora durante la masacre en curso.

El SIPRI, Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, ha expuesto que el 69 por ciento de las importaciones de armas israelíes entre 2019 y 2023 provinieron de proveedores estadounidenses. Desde octubre el Pentágono le ha estado reponiendo las municiones que masacran al pueblo palestino en Gaza y ha vetado una tras otra media decena de resoluciones en ONU.

Es Occidente quien ampara a Israel con ambiguas políticas y soslayadas miradas a lo que está ocurriendo a ojos vista de un mundo mayormente horrorizado.

Se le encoje el corazón a cualquiera, incluso con un mínimo de discernimiento, bulle la sangre de indignación ante tal amoralidad. Estos son gritos que nos inundan la garganta: Cese la ayuda militar a Israel. Dejen de apoyarle políticamente. Expongan públicamente los crímenes y no censuren a quienes dicen la verdad. Detengan al Israel Sionista y Genocida. Libertad para Palestina YA.

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