Delta Air Lines, una de las mayores aerolíneas estadounidenses y del mundo, celebró este viernes 1ro. de diciembre el primer año del restablecimiento de sus vuelos directos al Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, luego de 55 años de ausencia.
Con tres operaciones diarias en aeronaves A-320, provenientes de su sede central en Atlanta, así como de Nueva York y Miami, a la compañía le interesa aumentar otra frecuencia diaria, según comunicó en un encuentro con la prensa cubana Rodrigo Bértola, director para Sudamérica y el Caribe.
El ejecutivo de Delta llegó a Cuba para la celebración junto con Agustín Durand, gerente general de venta para Centroamérica y el Caribe, y Sarah Lora, ge- rente general de comunicaciones corporativas.
Tras los acuerdos entre Washington y La Habana para avanzar en las relaciones bilaterales, además de Delta Air Lines abrieron también sus operaciones con diversos aeropuertos de la Mayor de las Antillas, American Airlines, United Continental y JetBlue Airlines, entre otras empresas aéreas estadounidenses
Rodrigo Bértola aseguró que Delta está enfocada en aumentar la presencia en la isla caribeña, tras un año en que transportaron hasta La Habana a más de 93 000 viajeros.
El propósito ahora es elevar a dos los vuelos diarios entre Miami y La Habana, y esperan para ello el permiso correspondiente de las autoridades de Estados Unidos.
Delta ya cuenta con tres oficinas de venta en la capital, pues en septiembre abrieron otra entidad comercial en Miramar, que se une a la del Aeropuerto José Martí y a las que llaman «jimaguas» en La Rampa.
Afirmó el ejecutivo de la aerolínea que querían hacer y hacerlo bien, no ser una más, y diferenciarse en este segmento de mercado, donde les ha ido muy bien. «Estamos muy conformes con el resultado del primer año», aseguró Bértola.
Se aproxima la temporada alta y nos ajustaremos a las medidas, a las nuevas reglas del juego, señaló sobre el reto impuesto por las recientes medidas de la administración de Donald Trump que imponen otras restricciones a los viajes de los ciudadanos de EE. UU. a Cuba, aunque se mantienen las 12 categorías de viajeros permitidas por decisión de la administración Obama.
Con optimismo, Rodrigo Bértola acotó que, mientras se cierran unas puertas, otras se abren, y su compañía mantiene el compromiso de seguir volando a la Isla, pues considera que hay un mercado que deben complacer.
De igual manera se pronunció Durand, quien se refirió además a la seguridad y las garantías de los aeropuertos cubanos, ya probados por otras compañías internacionales que llevan muchos años de servicio con la Isla, y esas condiciones son prioridad para Delta. «No estaríamos aquí si no fueran altos los estándares de seguridad», apuntó el gerente de ventas para Centroamérica y el Caribe.
Cuba es miembro de las organizaciones internacionales que regulan el tema de la seguridad aérea y operacional para que el tráfico sea seguro, y está en sintonía con los estándares de Estados Unidos, subrayó Bértola, quien reiteró el agradecimiento a las autoridades cubanas por las facilidades y garantías que ofrecieron a la aerolínea de Atlanta para la reanudación de sus operaciones en la Isla.