CARACAS, junio 30.— La República Bolivariana de Venezuela rechazó este jueves las declaraciones injerencistas del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien el miércoles de esta semana pidió desde Canadá la liberación en Venezuela de lo que llaman «presos políticos», en referencia a opositores que incurrieron en delitos comunes, como los del año 2014 cuando Leopoldo López, de Voluntad Popular, dirigió un plan de golpe de Estado que dejó 43 personas fallecidas y más de 800 heridas.
La Cancillería venezolana señaló que es inaceptable la obsesión intervencionista del Gobierno de Estados Unidos y consideró contradictorio que la Casa Blanca pida la liberación de políticos que han cometido delitos, al tiempo que mantiene en prisión al militante puertorriqueño Óscar López Rivera, condenado por anhelar la independencia de su país, dijo AVN.
Las declaraciones del mandatario estadounidense fueron hechas en la Cumbre de Líderes de América del Norte celebrada en Ottawa, y al respecto, la Cancillería bolivariana apuntó: «Es inaceptable la obsesión intervencionista del gobierno estadounidense, que además de considerar a Venezuela una amenaza a la seguridad y a la política exterior de los EE. UU., pretende instruir a la República Bolivariana de Venezuela sobre elementos esenciales de su vida institucional», con el fin de «satisfacer intereses antidemocráticos de la oposición venezolana».
Venezuela también denunció ante la comunidad internacional que «la política nacional ha sido infiltrada por agentes al servicio de centros de poder en los EE. UU., educados, formados y equipados para la desestabilización política, económica y social de Venezuela, afectando el derecho a la paz y al desarrollo del pueblo venezolano».
Agrega el comunicado de la Cancillería que la República Bolivariana de Venezuela «ratifica su derecho irrenunciable a la autodeterminación y a la no intervención en los asuntos internos de nuestro país, en la certeza absoluta de que jamás acataremos órdenes de imperio alguno; así como la disposición a mantener relaciones diplomáticas bilaterales de respeto a la igualdad soberana de los Estados, y a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas».