El repliegue ruso inició un día despúes del anuncio de Putin. Autor: europapress Publicado: 21/09/2017 | 06:28 pm
MOSCÚ, junio 19. — El portavoz del Ministerio de Defensa Igor Konashenkov desmintió este domingo acusaciones de Washington sobre un supuesto bombardeo de la aviación de Rusia contra tropas opositoras respaldadas por Estados Unidos en Siria.
Precisó el general mayor que el objetivo golpeado el 16 de junio cerca de Al Tanf (provincia de Homs) operaba a más de 300 kilómetros de distancia de las zonas reconocidas por el bando estadounidense como regiones en las que opera la oposición adherida al régimen de cese el fuego, según reportó Prensa Latina.
El vocero de la cartera de Defensa rusa refutó la afirmación de un funcionario de Washington no identificado en su declaración, quien había lamentado que el ataque contra los supuestos opositores moderados ocurriera a pesar de las peticiones de Estados Unidos.
Recordó el general ruso que el Ministerio de Defensa propuso en varias ocasiones al Pentágono definir un mapa único de ubicaciones de las fuerzas que operan en Siria, sin embargo, subrayó, esa iniciativa sigue sin respuesta.
Confirmó el portavoz del Ministerio de Defensa que la víspera por solicitud de Washington ambas partes analizaron a través de una videoconferencia la implementación del memorando sobre la prevención de incidentes aéreos y la seguridad durante las operaciones en el país árabe.
Admitió Konashenkov que el intercambio de criterios sobre lo ocurrido el 16 de junio se llevó a cabo de modo constructivo, y en él las partes mostraron la intención de mejorar las coordinaciones en la guerra contra el terrorismo, donde Rusia participa por solicitud del presidente constitucional de Siria, Bashar al-Assad.
Por petición del Estado sirio, Rusia inició el 30 de septiembre de 2015 los bombardeos contra la infraestructura estratégica de los yihadistas y facilitó que el Ejército terrestre del país árabe tomara la iniciativa.
Ese cambio cualitativo en el teatro de operaciones significó que las tropas constitucionales lograran avances en semanas no alcanzados en cinco años por la denominada coalición internacional con Estados Unidos a la cabeza, cuya intervención en Siria no autorizó Damasco ni tampoco la ONU.
La guerra estimulada en Siria desde marzo de 2011 por Estados Unidos, sus aliados europeos y de la zona provocó ya más de 250 mil muertes y la migración de unos 12 millones de personas.
Recientemente, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, confirmó la existencia de un documento firmado por 50 embajadores de su país en el que critican a la Casa Blanca por no iniciar bombardeos y operaciones terrestres para derrocar al presidente al-Assad, decisión que recomiendan.
El jefe de la diplomacia estadounidense, quien de manera reiterada se ha referido a un «plan B» alternativo a las conversaciones pacificadoras de Ginebra, calificó de «importante» ese llamado a más guerra.