Vivimos en un mundo contemporáneo con un preocupante desorden meteorológico que responde a un planeta Tierra herido por la torpeza del hombre; los pueblos indígenas, fieles defensores de la Pachamama, se resisten a ver que el capitalismo salvaje siga viendo a la naturaleza como un verdadero negocio y no como lo que realmente es: el futuro hogar de las generaciones posteriores.
En base a esta afirmación y convencidos de que una de las misiones más importantes es la responsabilidad con la vida en armonía con la naturaleza, el resto de los seres humanos y con uno mismo, el Gobierno de Bolivia convocó al mundo a la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Defensa de la Vida.
El encuentro, a celebrarse entre el 10 y el 12 de octubre en la ciudad boliviana de Tiquipaya, antecederá a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21) a desarrollarse en París, Francia, en diciembre próximo y donde se promoverá la firma de un nuevo acuerdo climático.
A los pueblos del mundo nos toca nuevamente levantar la voz planteando nuestras propias visiones y soluciones comunes ante el cambio climático y asumir nuestras responsabilidades con la salud de nuestra Madre Tierra y nuestras propias vidas, afirmó Palmiro Soria, embajador del Estado Plurinacional en La Habana, en un intercambio con la prensa cubana.
La cita, a la que ya han confirmado su presencia delegados de 35 países, evaluará la validez e importancia de las conclusiones emanadas del encuentro anterior celebrado en la misma ciudad en 2010.
El discurso que se llevó a Tiquipaya I se construyó en base al trazado de medidas para hacer respetar el derecho de los seres vivos a preservar nuestro planeta para nosotros y para nuestros sucesores, explicó el diplomático. Tiquipaya II es, entonces, la continuación de ese discurso partiendo de las interrogantes que nos debemos hacer todos, al comenzar cada día: ¿Cuánto hemos aprendido? ¿Cuánto hemos podido avanzar?
Entre los temas principales que se debatirán estarán las amenazas del capitalismo y del complejo militar industrial contra la vida y, en ese sentido, discutirán sobre la posible construcción de un buen vivir.