LONDRES, febrero 11.— Un hombre de 31 años fue detenido este miércoles en Liverpool, en el noroeste de Inglaterra, y cinco domicilios fueron registrados en el transcurso de una amplia operación antiterrorista, según informaron fuentes de la Policía británica.
De acuerdo con la cadena pública de radio y televisión BBC, la investigación sobre el acusado se hará bajo sospechas de su supuesta relación con la comisión, preparación e instigación de actos de terrorismo.
Según el citado medio, los agentes de la unidad antiterrorista de las regiones del noroeste inglés, junto con la Policía de Merseyside (Liverpool), lanzaron la redada tras recibir información de los Servicios de Inteligencia del Reino Unido.
El allanamiento de los hogares, en opinión de la Policía, es necesario y puede extenderse durante toda la jornada o, incluso, más días en busca de evidencias requeridas para el futuro éxito de la pesquisa.
Los servicios de seguridad plantearon que se toman todas las medidas necesarias para garantizar la tranquilidad a los ciudadanos y pidió, además, a cualquiera con información valiosa ponerse en contacto de inmediato con ellos.
El gobierno elevó en agosto de 2014 su nivel de alerta por terrorismo de sustancial a severo, el cuarto de cinco niveles de amenazas, en respuesta a los actividades desarrolladas por el movimiento radical Estado Islámico (EI) en Iraq y Siria.
Comentarios difundidos en medios de comunicación apuntan también que Reino Unido tomó esa medida ante las advertencias hechas por el EI de posibles ataques terroristas tras la aprobación en la Cámara de los Comunes de bombardeos contra posiciones del grupo yihadista en Iraq.
El Reino Unido y otros países europeos forman parte de una coalición internacional liderada por Estados Unidos con el declarado objetivo de combatir al EI.
Sin embargo, la prensa internacional destacó en varias ocasiones que los verdaderos fundamentos de esa alianza estaban en el interés de Washington en Medio Oriente, como el cambio de fronteras y la deposición de gobiernos considerados contrarios a la política norteamericana.
Con anterioridad, los extremistas desarrollaban acciones en Siria con el fin de derrocar al presidente Bashar al-Assad, con el apoyo de las mismas potencias occidentales que ahora los condena, de acuerdo con denuncias de Damasco.