Iván Márquez, jefe de la delegación FARC-EP. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 05:54 pm
La trascendental presencia en La Habana del primer grupo de víctimas del conflicto armado colombiano y su audiencia del 16 de agosto, en la que las delegaciones del Gobierno y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas-Ejército del Pueblo escucharon con respeto sus exigencias de paz y de cese bilateral del fuego, que son también reclamo nacional, fue destacada por los jefes de las partes en la Mesa de diálogos de Paz.
En sendas declaraciones, leídas por el representante gubernamental Humberto de la Calle, y el de la insurgencia, Iván Márquez, y posteriormente entregadas a la prensa nacional y extranjera, también coincidieron en destacar la instalación, el jueves reciente, de la Comisión Histórico del Conflicto y sus Víctimas, y este viernes la puesta en marcha de la subcomisión técnica de las fuerzas armadas de ambas partes, como tres elementos o mecanismos que dinamizan el proceso colombiano en busca de la paz.
Iván Márquez, en el comunicado de las FARC-EP, consideró el ciclo como el de «nuevos avances hacia la paz» y lo estimó «pletórico de sucesos que han avivado el fuego de la esperanza de reconciliación de un país». Mientras De la Calle aseguró: «Hemos entrado en momentos decisorios en el proceso. Hay posibilidades serias de terminar el conflicto».
«Es necesario superar las visiones parcializadas que en torno al conflicto se han construido para falsear la historia», dijo Márquez ponderando la puesta en marcha de la Comisión Histórica, y entre varias preguntas al respecto puntualizaba: «¿Cómo hacer una historia del conflicto y de las responsabilidades en él sin considerar el rol y la injerencia de potencias extranjeras, en especial de Estados Unidos?», o «desatendiendo la decisión política documentada y por tanto demostrable de conformar organizaciones paramiliares para combatir el supuesto enemigo interno?».
También denunció los «continuos torpedos que se lanzan contra el proceso» que se da en La Habana «como ocurriera en el día de ayer con el pronunciamiento del procurador Ordoñez contra el trabajo de la Comisión histórica, al que calificó de «desesperado y mendaz».
«El proceso no solo se mantiene sino que adquiere cada día mayor solidez y proyección, dando respuesta así al llamado que nos ha hecho la historia para atender los anhelos de paz con justicia social del pueblo colombiano», aseguró Márquez.
A su vez, De la Calle explicó la forma en que trabajaría esa Comisión Histórica y que las visiones y los informes que produzca ese grupo de 12 expertos del más alto nivel académico, seleccionados por cada delegación, «serán un insumo en la Mesa, y contribuirán al entendimiento de la complejidad del contexto histórico del conflicto».
Aclaró que el trabajo de esta Comisión no sustituye ni predetermina ningún elemento de una futura Comisión de la Verdad, tampoco formulará recomendaciones; sin embargo, aportarán una relatoría lo más objetiva posible que «contenga los consensos y disensos y muestre en general la riqueza y la pluralidad de las visiones» cuando finalicen su trabajo en un periodo de cuatro meses.
En cuanto al segundo mecanismo instalado, la subcomisión de altos mandos militares y de la policía por la parte gubernamental y de la insurgencia, por la otra, según De la Calle «comenzara discutir diferentes opciones y modelos» para avanzar hacia el logro del cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y dejación de armas, «que solo ocurrirá después de la firma del acuerdo final», porque, subrayó para dejar absolutamente claro «No estamos negociando un cese al fuego ahora».
Al respecto, el comunicado de la guerrilla afirma que esta subcomisión es de «un valor inobjetable» ya que en condiciones de igualdad se sientan a la mesa las fuerzas militares del Estado y las de la insurgencia para abrir paso a la reiterada propuesta y aspiración de las FARC-EP «de pactar las condiciones de un cese bilateral de fuego y, con ello, de ponerle fin a los impactos que produce la persistencia cotidiana de la confrontación armada sobre la población, causándolo dolor y sufrimiento».
En el transcurso de la lectura de ambas declaraciones trascendió que el próximo ciclo de la Mesa de diálogos de La Habana se extenderá del 1 al 11 de septiembre, y en algún momento de él podrán escuchar las visiones y anhelos de un segundo grupo de víctimas.