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Otra matanza y las alteraciones del PSTD

Se conoció este viernes que en Guns Galore, en la carretera principal hacia Fort Hood, el soldado Iván López compró la pistola calibre 45 que usó para la masacre y darse muerte

Autor:

Juana Carrasco Martín

Vuelve a ser escenario de las noticias. Fort Hood, la base militar del ejército estadounidense en Texas, donde prestan servicio y trabajan unos 41 000 efectivos, presenció el miércoles una nueva matanza, una tragedia en la que el soldado puertorriqueño Iván López, de 34 años de edad, casado, con cuatro hijos, y 11 años de servicio en la Guardia Nacional, uno de ellos en la península de Sinaí, más una misión de cuatro meses en Iraq, mató a tres personas, hirió a 16 y terminó suicidándose.

De Iraq, el soldado López regresó con el Síndrome de Estrés Postraumático (PSTD), la pandemia de la guerra, la dolorosa alteración psíquica provocada por las experiencias de los horrores sufridos, ejecutados o presenciados durante conflictos bélicos, y por los que entre un 30 y un 35 por ciento de los veteranos de las guerras en Iraq y Afganistán —según un estudio de la Stanford University— están afectados. Esto implicaría que entre 780 000 y 910 000 ex militares retornan a su casa con el PTSD. En general, un millón y medio de veteranos ha recibido en algún momento tratamiento por sus condiciones físicas y mentales, señalaba también un trabajo publicado en el Internacional Business Times.

Tan reciente como el 31 de marzo, The Washington Post señaló que 2,6 millones de estadounidenses voluntariamente combatieron en Iraq y Afganistán y «han regresado al hogar con una panoplia de problemas» y mostraba estos datos suministrados por una encuesta realizada de conjunto con la Kaiser Family Foundation:

—18 por ciento fue seriamente herido durante sus deberes.

—34 por ciento dice que tiene discapacidades relacionadas con el servicio.

—52 por ciento asegura que su salud física o mental está peor que antes de ir a las guerras.

—41 por ciento reporta experiencias de explosiones de ira, al menos a veces.

—51 por ciento conoce a un efectivo en servicio que ha intentado o cometido suicidio.

Según el teniente general de la base, Mark Milley, López sirvió durante cuatro meses de 2011 en la guerra de Iraq y se medicaba por depresión, ansiedad y otros trastornos psiquiátricos probablemente vinculados a su experiencia bélica.

En Guayanilla, la localidad natal de López, en Puerto Rico, se dice que los problemas mentales del soldado podrían vincularse a la reciente muerte de su madre, cuando solo le concedieron un permiso de 24 horas para despedirse de ella, por lo que quedó fuertemente afectado.

Fort Hood, en el año 2009 lamentó otra desventura letal, cuando un psiquiatra militar, Nidal Hasan, mató a 13 personas e hirió a 30. Ahora se repite la historia.

No son los únicos incidentes graves en instalaciones militares. En septiembre pasado, un ex marinero abrió fuego en el Washington Navy Yard con un saldo 13 personas muertas, incluido el agresor. Entonces, el secretario de Defensa, Chuck Hagel, ordenó al Pentágono revisar todas las normas de seguridad en cada una de las bases militares de Estados Unidos alrededor del mundo.

Se conoció este viernes que en Guns Galore, en la carretera principal hacia Fort Hood, el soldado Iván López compró la pistola calibre 45 que usó para la masacre y darse muerte. Ese mismo comercio vendió una pistola semiautomática a Nidal Hasan.

Pero el negocio sigue marchando en Guns Galore a pesar de que Ladd Everitt, vocero de la Coalición para poner fin a la violencia con armas, dijo que el ataque de López es otro ejemplo de que la industria de las armas antepone sus ganancias a la seguridad.

Según AP, a la luz de los tiroteos en bases militares, a Hagel se le preguntó sobre las medidas de seguridad y respondió: «Obviamente cuando nosotros tenemos esta clase de tragedias en nuestras bases, algo no está trabajando».

Quizá, el Secretario de Defensa estaba pensando en huecos en el bolsón de sus órdenes; pero es mucho más que eso. El sistema busca y hace la guerra por sobre todas las cosas para imponer su dominio y sus intereses económicos, políticos y estratégicos al mundo, y a ella van sus soldados-carne-de-cañón-homicidias y torturadores con licencia sin convicciones y por la paga. Una buena combinación para llegar a las tensiones extremas y al estallido de estas.

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