Rodrigo Cósimo, representante de la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH). Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:17 pm
La historia de los movimientos estudiantiles en América Latina comenzó a reescribirse en 2011. Agobiados de ver convertida la educación en mercancía, por cientos de miles salieron a las calles, sin miedo, a exigirles a sus gobiernos que depongan sus políticas neoliberales y les garanticen una educación pública, de calidad y gratuita, a quienes constituyen el futuro de esta región, ya de seguro, unificada.
Fueron los jóvenes chilenos quienes demostraron que los estudiantes han sido y siguen siendo el motor que impulsa los cambios y transformaciones necesarias en cada sociedad. Secundaristas y universitarios estuvieron varios meses del pasado año movilizados en las calles, mientras que la mayoría de los alumnos de universidades públicas en Colombia pasaron buena parte de 2011 en huelga.
Las protestas en uno y otro país se fueron fortaleciendo mutuamente. Los colombianos han reconocido que se inspiraron en las protestas de sus pares chilenos y estos afirman que la movilización en Colombia les ha motivado para continuar con su lucha en este 2012 que recién comienza.
Estrategias muy bien definidas para llevar a cabo en los próximos meses, han preparado los chilenos. Al respecto habla con JR Rodrigo Cósimo, representante de la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH), quien asegura que los estudiantes de su país continúan teniendo un papel preponderante y seguirán demostrándole al mundo que se han convertido en actores principales de los combates de estos tiempos.
A inicios del mes próximo, asegura, llegan nuestros nuevos compañeros a las universidades y recuperaremos, a partir del 15, el poder movilizativo que nos caracterizó durante el 2011.
Según adelanta Rodrigo, para una nueva jornada continental de lucha convocarán en los primeros días de abril y volverán a protagonizar esas grandes movilizaciones destinadas a emplazar con fuerza al Gobierno de Sebastián Piñera.
Del mandatario, los estudiantes esperan que el 21 de mayo, cuando ofrezca su discurso público, se pronuncie en favor de los miles de familias que están sumamente endeudadas por enviar sus hijos a la Universidad. «En Chile la educación cuesta al año 4 500 dólares. Las instituciones financieras nos están endeudando para todas nuestras vidas y es algo que ya colma a la sociedad chilena», recalcó el joven, quien está en Cuba representando a la CONFECH en la reunión del Secretariado General de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE).
«La derecha en Chile es muy dura y tienen claros los intereses que defienden. El Gobierno tiene intereses en las instituciones privadas de educación y en los bancos; sin embargo, la mayoría del pueblo, casi en su totalidad, apoya nuestras demandas».
Durante todos estos meses de manifestaciones masivas, públicas y sin miedo en las principales ciudades de la nación austral, los estudiantes le han exigido al Estado que se haga cargo y garantice la educación en su financiamiento y en su regulación, para ponerla al servicio de toda la sociedad.
«El Gobierno no está escuchando esto —reflexiona el dirigente estudiantil—; sin embargo, cada vez más ha sido mayor el apoyo que hemos obtenido y en algún momento va a ser inevitable que tengan que ceder a nuestras demandas».
No pocos han sido víctimas de la violencia policial que los ha masacrado y enviado a las cárceles, pero «vamos a seguir con estas estrategias que nos han servido para posicionar nuestras demandas no solo en Chile, sino en toda Latinoamérica», añadió Rodrigo.
Sobre sus expectativas para esta reunión de la OCLAE que culmina hoy sábado, el joven dirigente espera «recoger experiencias de los países hermanos que han avanzado en la educación pública gratuita, de calidad, como el caso de Cuba, y así también irradiar nuestro sentimiento de lucha y combatividad, para que en Latinoamérica la demanda de educación gratuita y de calidad sea una, y sea la lucha que nos lleve a todos a la gran victoria por la definitiva libertad de América».