WASHINGTON, agosto 3.— El gobierno de Estados Unidos podrá invertir otros 20 millones de dólares en programas que promueven la llamada democracia en Cuba, tras quedar resuelta la disputa con el senador demócrata Patrick Leahy, publicó PL.
Leahy, legislador por Vermont, finalmente se alió a su homólogo por Massachusetts, John Kerry, quien la semana pasada levantó el veto a esos fondos millonarios destinados a la subversión contra la nación caribeña, según lo ha denunciado el gobierno cubano.
Tras sellar la controversia, el Departamento de Estado tiene luz verde para invertir en esos planes mediante la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).
El congresista justificó el cambio de postura en un comunicado, en cual dijo que había liberado los fondos después de recibir más información respecto a cómo se usan esos millones.
A inicios de abril último, Kerry, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, se opuso al desembolso de los 20 millones de dólares hasta tanto se efectuara una revisión plena del destino del dinero, después de la malversación y otras irregularidades detectadas. Entonces pidió a la Oficina de Supervisión del Congreso (GAO, por sus siglas en inglés) que determinara la eficacia del programa, implementado desde 1996.
Kerry consideró suspender la subvención porque no había prueba de que los programas de promoción de la democracia, que hasta la fecha le han costado a los contribuyentes estadounidenses más de 150 millones de dólares, estén ayudando al pueblo cubano, señaló.
El anuncio de ese momento se realizó luego de que el Departamento de Estado le notificara al Congreso, el 31 de marzo, que la Casa Blanca estaba lista para gastar los 20 millones de dólares que fueran aprobados por los legisladores en 2008.
Un dinero que sería administrado por la Usaid para programas dirigidos a los niños, jóvenes, grupos religiosos y otros sectores de la denominada sociedad civil. Además, con el propósito de fomentar proyectos para propiciar una supuesta libertad de información en Internet.
Un enviado de la Usaid, el contratista estadounidense Alan Gross, fue juzgado y condenado en marzo a 15 años de prisión en La Habana por intentar distribuir medios de comunicación satelital de forma ilegal dentro de la comunidad judía cubana.
El programa Cuba, establecido en 1996, ha estado sujeto a investigación por reportes que sugieren que los receptores de la ayuda emplearon inadecuadamente los fondos y que el gobierno de Estados Unidos hizo una escasa supervisión.
El senador John Kerry, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU, y ha admitido que este tipo de programas ha costado 150 millones de dólares al contribuyente norteamericano y solicitó que la Oficina de Supervisión del Congreso (GAO, en inglés), que ha investigado fraude y abuso de esos programas en el pasado, realice otra investigación «sobre la base legal y la eficacia de estas operaciones».