El Ejército libio arreció este lunes la contraofensiva en la occidental ciudad de Misratah, por donde asegura entran armas y otros suministros a los rebeldes, mientras el personal de la ONU abandonó el país rumbo a Túnez, informa PL.
Reportes de medios televisivos regionales indicaron que la artillería de las tropas leales a Muamar El Gadafi continúa el asedio a la zona portuaria de la tercera ciudad de Libia, impidiendo el atraque de barcos que supuestamente realizan labores humanitarias.
Un portavoz del Gobierno de Trípoli reiteró las acusaciones de que tanto por tierra como por mar hay acciones encubiertas para apoyar a los insurgentes que controlan el principal bastión opositor en el oeste de esta nación norafricana.
Al igual que ocurrió el domingo, el blanco fundamental de los proyectiles de las fuerzas regulares fue el puerto para cortar el abastecimiento de material logístico a los sublevados, aunque también los civiles se quejaron de problemas con los suministros de alimentos.
Entretanto, las operaciones militares prosiguieron también en torno al poblado de Zintan, en manos rebeldes y situado al suroeste de Trípoli, que fue atacado con cohetes y morteros por las fuerzas gubernamentales para tratar de avanzar hacia allí desde el oriente.
Voceros rebeldes y reportes noticiosos coincidieron en que desde el domingo hay enfrentamientos en el área de Al-Rayayna, al este de Zintan, en inmediaciones de la frontera con Túnez.
Precisamente, fuentes militares en la frontera libio-tunecina confirmaron la salida del país de funcionarios de la ONU, decisión tomada el domingo después de que varias personas incendiaron y destruyeron las embajadas de Gran Bretaña e Italia en Trípoli.
El saqueo de esas legaciones fue la reacción popular a un bombardeo ocurrido el sábado en la noche contra la residencia de un hijo de El Gadafi, que pereció en el ataque junto a tres nietos del estadista.
La frontera tunecina sigue recibiendo gran afluencia de ciudadanos libios que intentan cruzarla para escapar de los enfrentamientos, incluida la localidad de Dehiba, donde el Ejército del vecino maghrebí estableció retenes en seis puestos de control.