CARACAS.— Con la espada de Bolívar desenvainada, el presidente Hugo Chávez tomó juramento al Frente de Jóvenes Bicentenarios, representado por más de 2 500 estudiantes de la educación media, misiones Ribas y Sucre, institutos y colegios universitarios, universidades experimentales y autónomas; jóvenes del Instituto Nacional de la Juventud (INJ), el Frente Francisco de Miranda; deportistas, cultores y secciones juveniles del PSUV, del Partido Comunista de Venezuela y de Patria para Todos, quienes se dieron cita para debatir y trazar acciones con vistas a hacerle frente a los movimientos desestabilizadores de la oposición entre la juventud venezolana.
Con el brío y el vigor de la edad del combate, el encuentro que dio vida a este movimiento coordinador, en el que participó activamente la Juventud del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), dejó constancia de que cientos de miles y hasta millones de estudiantes están dispuestos a ser firmes protagonistas del proceso de cambio que sacude y hace avanzar a Venezuela.
Hubo reflexión y militancia en esta jornada celebrada en el teatro Teresa Carreño, donde los jóvenes presentaron los resultados de sus mesas de trabajo, donde analizaron los movimientos foquistas de los hijitos de la burguesía y consideraron que el debate será el modelo estratégico ante quienes intentan imponer al país una matriz de violencia con el objetivo de propiciar el derrocamiento del presidente Chávez, y la derrota de la Revolución que él encabeza.
En sus palabras a los jóvenes, el líder bolivariano explicó el papel del imperio detrás de esas acciones de violencia, y por eso estimó absolutamente necesario que salieran a la batalla, y consideró oportuno el nacimiento del Frente de Juventudes Bicentenarias 200.
«Creo que se presentará en sociedad el próximo 12, en el Día del Estudiante», señaló. Estos son acontecimientos que calentarán los motores del ciclo Bicentenario, que se iniciará el 19 de abril —y se extenderá hasta el 2030—, y al que «ustedes llegarán victoriosos. Ustedes serán la vanguardia» en esos 20 años «que van a ser determinantes» en el futuro de la Patria venezolana, aseguró.
«Estoy seguro de que ahora sí podremos consolidar el proyecto bolivariano», dijo. Pero les advirtió que iba a ser dura esa batalla, para la que tenían que prepararse con el estudio.
«Y yo estaré con ustedes en la vanguardia, aunque me lleven en silla de ruedas», dijo al enfatizar en la necesaria unidad de los estudiantes con los trabajadores, y la unidad de los partidos que están con la Revolución.
Delineó las tareas que deben asumir los jóvenes: la incorporación voluntaria al ejército bolivariano, a las milicias; que broten por todos lados los Consejos Estudiantiles en cada salón de clase, para participar con el pueblo en los Consejos Comunales en la construcción del socialismo; que se incorporen a proyectos sociales, económicos, científicos y políticos del gobierno; sumarse a la solución de los problemas del pueblo.
Fue un compromiso de honor y de victoria. Solemnes, repitieron el Juramento del Monte Sacro que hiciera Simón Bolívar, con la visión de este presente: «Juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor, juro por la Patria, juro por mi pueblo, juro por la juventud que llevo, que no daremos descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que hayamos liberado a la Patria, hasta que hayamos coronado la independencia, construyendo el socialismo».
Previo a las palabras de Chávez, los voceros de diferentes centros universitarios y de la enseñanza media de diversos puntos del país —Zulia, Trujillo, Carabobo y Miranda, algunos de los estados donde han estado formando guarimba los de la oposición que se conocen como «los manitas blancas»—, le expresaron al Presidente que podía contar con esta Juventud Bicentenaria, dispuesta a dar la batalla transformadora de la sociedad y de las Universidades, para que estas dejen de ser excluyentes y elitistas, y se abran de verdad al pueblo.