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En Nicaragua, la misión pronto llegará a Managua. Autor: La Voz del Sandinismo Publicado: 21/09/2017 | 04:53 pm
A bordo de lanchas para llegar a comunidades indígenas ubicadas en las riberas de majestuosos ríos, o de helicópteros que los depositaron en plena selva amazónica, profesionales cubanos de la salud, acompañados por personal venezolano, iniciaron en la patria del Libertador una labor que llevó la atención especializada a decenas de miles de personas e incluso, para muchas, significó el primer contacto con un médico. Nunca antes la ciencia fue puesta, de modo tan expedito y directo, en función de la justicia social.
Bautizada por los venezolanos con el nombre de una figura legendaria que allí es emblema de humanismo —el Doctor José Gregorio Hernández—, la misión para detectar y atender la discapacidad reeditó en la nación bolivariana la experiencia practicada antes en Cuba. Otorrinos, fisioterapeutas y logopedas, entre otros especialistas, se imbricaron en la tarea. No faltó el concurso de los médicos de Barrio Adentro. A los profesionales de la Isla que tocaban cada puerta, se integraron los llamados luchadores sociales venezolanos. La tarea sobrepasaba el propósito de identificar cualquier tipo de discapacidad para establecer después si su causa era genética. También permitió a las autoridades venezolanas ubicar a las familias aún desprotegidas luego de décadas de gobiernos que nada hicieron por ellas, y ponerlas en el centro de su atención. Sillas de ruedas, bastones, colchones y hasta refrigeradores fueron suministrados por el Gobierno bolivariano en la segunda parte de la misión, y llegaron hasta niños y ancianos afectados por patologías diversas. También se socorrían, así, las necesidades sociales más urgentes.
Luego, la apertura del Centro Nacional de Genética recientemente inaugurado de modo oficial por el Presidente Hugo Chávez, completaría la labor científica, dotada como está la instalación de los avances tecnológicos relacionados con la neurociencia y la bioinformática para atender los problemas genéticos y, lo que es aún más importante, preverlos. Se concreta de ese modo otra acción solidaria y de colaboración: los derroteros principales que marcan el avance del ALBA.
También en Ecuador, Bolivia y Nicaragua
Con la participación de personal de esos países y, en algunos casos, de muchachos graduados en la cubana Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) —otra evidencia palpable de la cooperación que preconiza el ALBA—, la experiencia ya se replica en otras naciones miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP).
A caballo o desafiando a pie las alturas de Matagalpa, que las hacen tierra tan promisoria para el café, la misión Todos con Voz avanza en Nicaragua con amplia participación popular. Ya recorrió los senderos matagalpinos, las llanuras de Masaya, y ahora se adentra en Chinandega, de donde emprenderá ruta hacia Managua, la capital.
«Moto» Méndez la han denominado en Bolivia para enaltecer, se afirma, al joven activista revolucionario Eustaquio Méndez, de Tarija, quien perdió un brazo. Desafiando el frío y la altura sobre el nivel del mar, o disfrutando la calidez de los territorios bajos, la misión avanza con el concurso de los médicos bolivianos, y coloca el vocablo «cooperación» tan alto como la propia refundación que lidera Evo en el país altiplánico.
Con el nombre de Manuela Espejo —la patriota quiteña—, el estudio muestra resultados notables en Ecuador, con la identificación de 77 852 personas discapacitadas. Unos 379 000 hogares fueron visitados en las provincias de Cotopaxi, Carchi, Imbabura, Napo, Esmeraldas, Sucumbíos, Manabí y Los Ríos e incluso, recibieron asistencia médica más de 200 000 personas no discapacitadas, pero que la necesitaban, reportaron periódicos locales.
Emocionado, contaron esos propios medios de prensa ecuatorianos, el Presidente Rafael Correa reconoció el aporte de Cuba, a la que calificó de «campeona de la solidaridad». «Ustedes —dijo a los galenos de la Isla— han trazado y sellado el camino de la misión».
