Foto: AFP El gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi desplegó este lunes a unos 3 000 soldados por las ciudades de Italia como parte de medidas «contra el crimen», pero que tienen en la mira a la inmigración ilegal, pues un tercio de esas tropas fueron enviadas a los centros de ingreso de los inmigrantes que llegan ilegalmente, y a otros 515 se les asignó apoyar a la policía de Roma, Milán y Nápoles. Aseguran que los soldados brindarán seguridad añadida en «áreas sensibles» como estaciones ferroviarias, embajadas o lugares turísticos. La oposición criticó la medida, alegando que es pura «propaganda», y cuestionó su efectividad. En cambio, reclamó más fondos para la policía. Paradójicamente, el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, de centro-derecha, se negó a permitirles patrullar el centro, porque alejaría a los turistas; y la Asociación de Jóvenes contra el Trabajo Precario distribuirá octavillas entre los turistas en las calles cercanas al Vaticano o en los Foros Imperiales, con el lema «Lo que está pasando en Italia no es legal». En la imagen, un soldado armado patrulla frente a la catedral de San Juan de Letrán, en Roma.