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¡El viaje continúa!

Sobre Ramsés y los nuevos proyectos que lo traen de regreso al Trianón, su casa teatral, conversamos con Roberto Romero en una entrevista exclusiva para Juventud Rebelde

Autor:

Félix A. Correa Álvarez

En la telenovela Renacer, Ramsés ha emergido como uno de los personajes más memorables y queridos por el público. Su identidad como hombre abiertamente gay, su carácter sincero y su firme sentido de justicia han captado la atención de los espectadores, quienes valoran su autenticidad y valentía.

  Roberto Romero, el actor que da vida a Ramsés, ha demostrado una notable capacidad para interpretar a este complejo personaje. Graduado con honores de la Escuela Nacional de Teatro y del Instituto Superior de Arte de La Habana, Romero ha forjado una sólida carrera en los ámbitos teatral y televisivo.

  En televisión, ha destacado en producciones como En tiempos de amar, Entrega, El derecho de soñar y las teleseries De amores y esperanzas y Valientes. Sin embargo, el actor confiesa que ha sido el teatro el que ha forjado su habilidad para abordar roles desafiantes con profundidad y autenticidad.

  Sobre Ramsés y los nuevos proyectos que lo traen de regreso al Trianón, su casa teatral, conversamos con Roberto Romero en una entrevista exclusiva para Juventud Rebelde.

  —¿Cómo definirías a Ramsés?

  —Ramsés es la libertad, la valentía, la originalidad, el amor, la honestidad, la magia, la luz… Como actor, considero que es el personaje más hermoso que me ha tocado interpretar en la televisión hasta ahora.

  —¿Qué aspectos de él consideras más desafiantes o gratificantes de interpretar?

  —Llevar a la televisión un personaje con tanta espectacularidad, grandilocuencia y teatralidad ha sido un trabajo exigente. Sin embargo, fue increíblemente divertido y enriquecedor poder darle vida. No había tenido la oportunidad de hacer algo así en televisión, y que me permitieran hacerlo con Ramsés ha sido un regalo inmenso; una experiencia desafiante pero profundamente gratificante.

  —¿Tuviste algún referente o inspiración particular al prepararte para interpretarlo?

  —En efecto, Ramsés es una mezcla de muchos amigos y amigas que tengo en mi vida, a quienes adoro profundamente. Desde su forma de caminar y hablar, hasta las frases, el vestuario, los collares y las prendas que usa, todo está inspirado en ellos. Es un homenaje que quise rendirles, y también una forma de conectar con el personaje. Ahora, cuando lo veo en la pantalla, me divierto al reconocer a muchos de mis amigos reflejados en él, lo cual es muy satisfactorio para mí.

  Ramsés es un personaje orgullosamente gay, con una personalidad carismática y libre. ¿Cómo abordaste este aspecto para evitar que cayera en una caricatura?

  —Sinceramente, la inseguridad que me acompañó todo el tiempo durante el rodaje. Para manejarla, encontré útil centrarme en la autenticidad del personaje. A pesar de ser bastante teatral para la televisión, mi enfoque fue siempre buscar la verdad en cada situación. Mi manera de trabajar consiste en entender por qué el personaje reacciona de cierta forma, ya sea con mayor grandilocuencia o con menos, y asegurarme de que esa verdad estuviera presente en cada escena.

  «Aunque el personaje tuviera un gran despliegue y fuera espectacular, lo importante era que reflejara a un ser humano real, con sus miedos, inseguridades y problemas. Buscar esta verdad fue mi refugio durante todo el proceso de grabación y ensayos».

  —En tu opinión, ¿cuál es el mensaje que a través de este personaje se transmite al televidente?

  —Mi mensaje con Ramsés es que un mundo mejor es posible, donde se respete a las personas y la preferencia sexual de cada quien no sea un factor importante. La preferencia sexual es una cuestión personal que solo concierne a la persona y no debería desmerecer ni desvalorizar a nadie, ni mucho menos humillar. Ramsés es el personaje con los mejores valores de toda la novela. Su identidad sexual no define su personalidad; lo que realmente define a Ramsés son sus valores y sentimientos.

  «Lo que me gustaría que se reflexionara es que la preferencia sexual no debería ser motivo de humillación, maltrato o exclusión. Las personas deben ser valoradas por su calidad humana, que es lo más importante.

  «Creo que estas historias deben ser más representadas en la televisión, aunque no será una batalla fácil, ya que son muchas las generaciones que han vivido con homofobia y machismo. Sin embargo, a medida que estas historias se vayan incorporando en los medios y en nuestra cultura, el pueblo cubano se irá familiarizando con ellas, siempre que se les dé el tratamiento adecuado. Se necesita un cambio porque el mundo necesita ser mejor y las personas necesitan amarse y respetarse mutuamente».

  —¿Cómo ha sido la recepción del público? ¿Has recibido algún feedback que te haya sorprendido?

  —Recuerdo que, mientras estaba grabando la novela, conversaba con Heiking Hernández, la directora, y me dijo: «Sabes que habrá mucha gente que te amará y mucha gente que te odiará, que te hará la guerra». Le respondí que sí, que estaba preparado para eso y que quería hacerlo. Estaba consciente de que eso podría ocurrir.

  «Realmente, la respuesta del público ha sido, para mí, sorprendente, con mayúscula. Nunca imaginé que Ramsés recibiría tanta aceptación, y estoy muy contento por ello. El mensaje que quería transmitir ha llegado. La gente ha dejado de ver a un hombre gay para comenzar a ver a un hombre con un mundo interior inmenso y con cualidades humanas envidiables. Esto me ha sorprendido y me ha hecho muy feliz. Estoy realmente contento y espero que, a lo largo de la novela, esta percepción se mantenga».

  —¿Podrías compartir alguna anécdota o momento memorable de la grabación de Renacer?

  —Las anécdotas son muchas. Una de las que más recuerdo no es particularmente agradable. Durante la primera semana de grabación, regresaba a casa sin recordar lo que había hecho. Grababa las escenas y, al instante, no podía recordar nada.

«Tenía tanta información en mi cabeza y tantas cosas que quería hacer que mi cerebro parecía haber entrado en «piloto automático». En televisión, uno no ensaya todo como en el teatro; no se ensaya cada locación, y cada espacio es nuevo y poco familiar al principio. Durante esa primera semana, me enfrentaba a un entorno nuevo con las cámaras, el vestuario y el lugar, sin poder prepararme completamente.

  «Con todos estos factores, mi mente parecía haber colapsado. Regresaba a casa sin tener conciencia de lo que había hecho. Ahora me río de ello, pero en ese momento no fue nada simpático».

  —En cuanto a la evolución del personaje, ¿qué podemos esperar de Ramsés en los próximos episodios de la telenovela?

  —En cuanto a los próximos capítulos y la evolución de Ramsés, solo puedo decir que no los va a decepcionar. Ramsés seguirá siendo fiel a sí mismo. Eso es todo lo que puedo adelantar.

  —Recientemente participaste en la puesta en escena de Réquiem por Yarini. ¿Qué nos puedes contar sobre esta experiencia y tu papel en la obra?

  —Tener un elenco tan amplio, participar en una obra de gran escala con casi cincuenta personas, tanto jóvenes como actores con experiencia, y bajo la dirección de Carlos Díaz, ha sido un regalo tremendo. El proceso duró dos meses y medio, tal vez un poco más, durante los cuales también estuve trabajando en otros proyectos.

«El teatro tiene una magia especial; se pasa mucho tiempo en él y los procesos se realizan día a día. Cuando finalmente llega el estreno y ves la reacción del público, ese es el verdadero regalo. Estoy muy contento de haber interpretado a Yarini, un reto muy grande para mí, y espero que la gente siga asistiendo al teatro cuando retomemos en septiembre».

  —¿Qué representa El Público para ti?

—El Público es mi casa; allí estudié, me gradué y he estado trabajando desde 2016. Regresar al Trianón, donde han actuado tantos grandes de este país, siempre resulta muy especial para mí. Además, bajo la dirección de Carlos, a quien quiero mucho, es mi maestro y una persona admirable, la experiencia se vuelve aún más significativa. El Público ocupa y siempre ocupará un lugar especial en mi corazón.

  —Volviendo a la televisión ¿Cómo ha sido tu evolución como actor en este medio a lo largo de los años?

  —Admiro profundamente a los actores que trabajan en televisión, especialmente en Cuba. No es un secreto que, en todo el mundo, la televisión se realiza bajo condiciones de producción que no siempre son ideales para el arte. En nuestro país, los problemas económicos hacen que sea aún más difícil.

  «Personalmente, he participado en varias producciones televisivas, pero he sido reacio a asistir a castings o a aceptar otros proyectos, ya sea por mi enfoque en el teatro o porque las propuestas que he recibido no siempre me atraen.

  «A pesar de esto, como actor, considero fundamental mantenerme en entrenamiento y siempre doy lo mejor de mí en cada proyecto. Comencé a trabajar en televisión cuando tenía diecisiete o dieciocho años, con la intención de adquirir experiencia en un medio que inicialmente desconocía. Aunque hoy en día estoy más familiarizado con él, aún tengo mucho por aprender. Cada nuevo proceso de trabajo lo enfrento con la mejor disposición, con toda mi energía y con el deseo de seguir creciendo.

  «Mi evolución como actor se basa en extraer lecciones valiosas de cada experiencia para aplicarlas en futuros proyectos. Todavía continúo y continuaré aprendiendo».

  —En la pasada edición del Adolfo Llauradó, muchos esperaban un premio por tu papel en El Derecho de soñar. ¿Crees que haya sido justo que esa categoría quedase desierta? ¿Con Ramsés sientes que podrías tener una nueva oportunidad?

  —No creo que haya sido justo que esa categoría en los premios Llauradó quedara vacía. No lo digo por mí, sino porque creo que hubo muchos actores que podrían haber recibido el premio. En cuanto a Ramsés, si me lo otorgan, será muy bien recibido; si no, no pasará absolutamente nada. Para mí, eso no significa más que un reconocimiento que el AHS otorga a los jóvenes, lo cual me parece maravilloso.

  «Desde que comencé a ensayar, pasando por la grabación y hasta ahora que la obra está saliendo al aire, si no me hubieras hecho esta pregunta, no me habría detenido a pensar en ese premio ni en ningún otro. El verdadero premio para mí es el reconocimiento y el cariño del público, y además, lo que he podido crecer y aprender como actor y persona durante el proceso».

   —En tus propias palabras, ¿cómo describirías el viaje profesional que has tenido hasta ahora?

  Estoy muy feliz y agradecido por este viaje tan hermoso que estoy viviendo. Ha sido un camino lleno de tropiezos, caídas y lecciones sobre cómo levantarse. Ha implicado mucho sacrificio, pero todo ha estado guiado por el amor y la pasión por el arte. Estoy muy contento por todas las personas que he conocido en el camino, que me han ayudado y brindado oportunidades. Siempre estaré agradecido con mis amigos y maestros.

  «Aunque aún no sé exactamente adónde quiero llegar, tengo claro que quiero seguir haciendo lo que amo y hacerlo lo mejor posible. Me encantaría seguir haciendo teatro y explorar experiencias en el cine, un medio que también respeto y valoro profundamente. Así que, nada: ¡el viaje continúa!»

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