La corredora de seguros Omara Durand. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 07/09/2024 | 10:44 pm
Antes de competir ya tenían en el pecho la medalla de campeones. Fueron a París con el propósito deportivo de confirmar que son olímpicamente «enteros». Les sobra de todo: constancia, entrega, sacrificio, voluntad, sueños, espíritu, victorias…
Esas son preseas que nunca pierden brillo. Pasarán los siglos y seguirán ahí, inspirando. Con Omara Durand portando sus 12 títulos: 11 ganados sobre las pistas paralímpicas y el otro, más grande y abrasante que el sol, otorgado por un pueblo que la tiene en el altar de sus mejores hijos.
La delegación paralímpica cubana concluyó su participación en la capital francesa con seis medallas de oro, tres de plata y una de bronce, con lo cual superó el saldo de Tokio 2020 (4-1-1).
París 2024 fue otra conformación del humanismo de nuestra patria, que pese al complejísimo escenario económico —agudizado por un bloqueo que intenta mutilar poco a poco el proyecto socialista— sostiene con los pocos recursos disponibles la idea del deporte inclusivo, para todos.
Animada por el ideal y optimismo de sus paratletas, Cuba no renuncia a lo que otros llaman imposibles. Y ahí está el resultado, medible más allá de las medallas de metal.
Omara y compañía son también ejemplo para quienes en tiempos duros necesitan aliento y empuje. Ella hala gloriosamente un país; Yunier Fernández remata contra pesimismos; Robiel Yankiel vuela sobre muros mentales y físicos; Guillermo Varona lanza su jabalina por encima de ausencias y frustraciones.
Cada uno de los 21 miembros de la delegación paralímpica cubana y aquellos que no pudieron integrarla, pero compiten todos los días por superarse como atletas y seres humanos, sacan notas sobresalientes en el aula de la vida.
Sobrecumplieron en París. Hicieron madrugar a un pueblo que celebró delirantemente cada actuación. Y aportaron argumentos al urgente desafío de entender que la humanidad solo avanzará si sustituimos el vocablo discapacidad (del tipo que sea o traten de imponer las hegemonías) por «supercapacidad» de amar, crecer, superarse, vencer…
El oro de ustedes está en haber demostrado, una vez más, que se puede ganar el «juego» por ser, como dijo el poeta-filósofo Silvio Rodríguez: un tilín mejores.
Yunier Fernández.
Robiel Yankiel Sol.
Guillermo Varona.
Pablo Ramírez.
Sheyla Hernández.
Yamel Luis Vives.
Ulicer Aguilera.