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Ajustes en el swing

A dos outs de acabarse 2022, las últimas jugadas del año anuncian muchas expectativas para el béisbol cubano, a pesar de que sumó otro calendario internacional sin un título dorado en la modalidad tradicional

Autor:

Norland Rosendo

A dos outs de acabarse 2022, las últimas jugadas del año anuncian muchas expectativas para el béisbol cubano, a pesar de que sumó otro calendario internacional sin un título dorado en la modalidad tradicional.

Y hago el distingo de la modalidad, porque en el béisbol5, una variante novísima en el programa competitivo, pero de vieja data entre las diversiones barriales en Cuba, se ganó el oro en la Copa del Mundo celebrada en México.

El regreso por segunda vez a la Serie del Caribe, un torneo regional del cual fuimos fundadores, y la inclusión de jugadores de MLB en el equipo para el 5to. Clásico Mundial animarán el primer trimestre de 2023.

Pero antes debe concluir la primera edición de la Liga Élite del Béisbol Cubano (LEBC), cuyos desaguisados en la campaña regular han de ser evaluados con sentido crítico para futuras versiones.

Cuba necesita de un torneo de clausura de su temporada nacional que sea de calidad superior a la Serie Nacional y que también la supere en espectacularidad e incentivos. Si no se logran ambos propósitos tardará poco en morir igual que proyectos parecidos en tiempos recientes.

Entre cabalgatas felices y un leñador implacable 

A pesar de las tensiones económicas, se pudo efectuar la 62da. Serie Nacional. Alazanes de Granma conquistó su cuarto cetro en los últimos seis años, ganados de dos en dos, todos bajo el mando de Carlos Martí Santos.

La final dejó agradables sensaciones por las concurrencias en los parques Victoria de Girón matancero y Mártires de Barbados bayamés. En esta última plaza se dio un hecho inédito en postemporadas: el equipo anfitrión alzó la corona imponiéndose en los juegos seis y siete. Remontar un playoff por el oro que estaba 2-3 había sucedido antes, pero siempre el triunfador había sido el visitante.

De la LEBC, lo más singular, positivamente hablando, ha sido el récord de Dánel Castro. Con el traje de Centrales, después de no ser incluido en Agricultores, se convirtió en el rey del jit en Cuba. Dejó atrás la marca de 2 378 de Enrique Díaz y es el primero en superar la barrera de los 2 400 imparables.

Se acerca una postemporada retadora, cuyos duelos semifinales entre Agricultores y Cafetaleros de un lado y Centrales y Portuarios, del otro, auguran rivalidad. Pero de nada valdrá efectuar juegos
parejos, si no hay acompañamiento masivo de los aficionados en las gradas para aplaudir, o chiflar.

Además del pasaje al campeón para la Serie del Caribe Gran Caracas 2023, en el venidero mes de febrero, quedan en competencia varios jugadores que seguro están en la lista de entrada para el Clásico, y mostrar sus potencialidades resulta prioridad ante la llegada de compatriotas que juegan en otras ligas.

Granma revalidó su título nacional. Foto: Abel Rojas Barallobre

Permiso que debió ser derecho

Y ya que hablamos del Clásico, dediquemos unos innings de este recuento a los permisos discriminatorios que necesita Cuba. Antes era uno, ahora son dos.

Con más atraso que otros años, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), una entidad gubernamental de Estados Unidos, otorgó la licencia para que Cuba presente su equipo en el torneo de selecciones de béisbol más importante en la actualidad.

No bastaba con que en 2017 se ganara el derecho a asistir a la cita siguiente, tras ubicarse entre los mejores ocho conjuntos y clasificarse de manera automática.

Desde 2006 siempre ha sido lo mismo, los organizadores del Clásico tienen que pedir el autorizo a la OFAC, pues de no hacerlo corren el riesgo de que esta los multe por violar el bloqueo a Cuba.

Esta vez la Federación Cubana de Béisbol (FCB) ha convocado a los entrenamientos a peloteros residentes en Estados Unidos, que juegan en MLB o en otras ligas profesionales. Lo que para las demás 19 selecciones es natural y expedito, para los nuestros lleva otro permiso. 

Este último fue anunciado a la FCB el pasado 24 de diciembre,
aunque no se han explicado las cláusulas de esa licencia especial. Hasta tanto se pongan todas las cartas sobre la mesa, Cuba no entregará su prenómina.

Me detuve en esta explicación porque a estas alturas todavía hay quienes dicen que el bloqueo es un invento de los cubanos. Y que esas medidas de cerco no tocan al deporte. ¿Cómo llamar entonces a la necesidad de par de licencias otorgadas por la OFAC para jugar en el Clásico?

¿Vendrá el giro en el rumbo?

Cuba necesita de un golpe fuerte como en 2006 cuando el equipo se alzó con la plata en la primera edición de la justa que reúne a lo mejor del béisbol mundial. No parece que suceda en la próxima cita por mucho que el conjunto luzca más fuerte que en pasadas versiones.

Sin embargo, podría ser un paso grande en el camino hacia otra medalla de oro en un torneo internacional de béisbol. El 2022 concluye con la plata en la Copa del Mundo sub-15 como el mejor resultado, al menos para este redactor.

Esa pléyade había estado cerca de ganar el Panamericano en junio, pero un error de oficina los dejó fuera de la final. Era un augurio de sus potencialidades. Se entrenaron fuerte y poco después colgaron en su pecho una merecidísima plata, tras caer en la final ante un poderoso plantel de Estados Unidos.

El sub-23 resultó segundo en la justa continental y décimo en el Mundial, una actuación muy discreta, que si no fue la peor del año se debió a que el equipo sub-18 concluyó en el Panamericano sin cumplir su propósito básico: clasificarse para el campeonato del mundo, y los Alazanes se fueron de la Semana de Béisbol de Haarlem con saldo de 1-5 y esa victoria fue en el partido del adiós.

Aunque ambos conjuntos quedaron en el segundo escalón del podio, los Leoparditos de Santa Clara y el equipo de menores de diez años lucieron muy bien en la lid caribeña de las Pequeñas Ligas y en un torneo internacional celebrado en México, respectivamente.

Como aliciente quedó el oro del béisbol5, que a lo mejor llega a los escenarios olímpicos pronto.

El año 2023 anuncia una agenda internacional cargada para Cuba, pero es difícil la luz afuera, si adentro no se hacen los ajustes necesarios en los campeonatos fundamentales para asegurar que nuestro béisbol dé más jonrones y se ponche menos.

Los muchachos del sub-15 dejaron una grata impresión. Foto: WBSC

 

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