Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Diabluras

Cuando parecía que en 2019 el guion iba a tener un desenlace distinto, los vigentes monarcas de Santiago de Cuba pusieron la quinta velocidad

Autor:

Enio Echezábal Acosta

Tres años consecutivos lleva el fútbol cubano teñido de rojo. Cuando parecía que en 2019 el guion iba a tener un desenlace distinto, los vigentes monarcas de Santiago de Cuba pusieron la quinta velocidad y retuvieron la corona.

A pesar de tener una primera mitad de competencia por debajo de su potencial, y de comenzar la segunda parte del torneo con el mismo paso dubitativo, tras la pausa por la Caribbean Cup Shield, los hombres de Leonardo Herrera empezaron a hacer sus «diabluras», y terminaron consiguiendo con justicia un puesto en la final.

Incluso en el duelo definitivo, las cosas se pusieron cuesta arriba, cuando una ventaja de dos goles fue borrada por el intenso equipo de La Habana, y el partido de ida terminó con una mínima ventaja para los de la capital.

De cualquier forma, la vuelta sería todo menos un trámite. En casa, con la afición de su lado, los Diablos salieron a buscar el premio. No les ayudó el clima, que convirtió la cancha del Rekortán en una piscina olímpica, y mucho menos su rival capitalino, que si bien no logró el ansiado trofeo, dejó muy buenas impresiones a lo largo de la temporada. Pero como habían hecho un año antes, los monarcas prevalecieron.

Otra vez los Demonios del Este impusieron su fútbol «infernal» sobre las canchas cubanas. Definitivamente no fue este su año más demoledor, ni siquiera de cerca, pero es lo que tienen los campeones: nunca (jamás) deben darse por derrotados hasta que están tirados sobre la lona y se ha contado hasta diez.

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