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Di María brilló ante el Manchester United Autor: UEFA.com Publicado: 14/02/2019 | 08:32 pm
Las cosas en el Hotel Bates nunca fueron como todos creían. Ni Norman era un chico normal, ni su madre Norma era de las que le gustaba compartir a su hijo con el mundo. Así eran las cosas con las historias de Alfred Hitchcock. Así fueron, más o menos, los partidos de esta semana de la Liga de Campeones.
El suspense estaba servido justo al centro de la mesa futbolera. En diciembre habían quedado definidos los pareos, con sustancia suficiente como para pensar en la magia y la sorpresa. Y así fue, al menos en la primera tanda de octavos de final.
En Manchester tuvo lugar uno de los sucesos de «Psicosis», cuando un —supuestamente— débil París Saint-Germain —ante las ausencias de Neymar y Cavani— doblegó a los hasta ahora invencibles Diablos Rojos de Ole Gunnar Solksjaer. Par de asistencias de un ex de Old Trafford, el argentino Ángel Di María, permitieron a Presnel Kimpembe y Kylian Mbappé poner distancia de por medio de cara a la vuelta.
Mientras, un poco más al este, en Ámsterdam, los del Real Madrid se sintieron en «Frenesí», y aunque sacaron una victoria —cuestionable— de 2-1 (Benzema, Asensio) frente a los muchachos del Ajax, no estuvieron nunca al nivel esperado. Notable el gol válido anulado por el VAR a los holandeses, quienes a pesar de la diana de Hakim Ziyech, se fueron con menos de lo esperado.
Bastante «Vértigo» se percibió de vuelta en las islas británicas, exactamente al norte de Londres, en donde el Tottenham goleó 3-0 al Borussia Dortmund y prácticamente los dejó K.O. en la pelea, aún a la espera de lo que ocurra en el Signal Iduna Park dentro de tres semanas. Son Heung-min, Jan Vertonghen y Fernando Llorente marcaron por los Spurs.
Por último, que no menos destacable, en la ciudad eterna, los giallorossi ganaron 2-1 al Porto, con doblete del joven Nicolò Zaniolo, a la vez que Adrián López descontó para los portugueses. De cualquier manera, nada está dicho aún, pues la segunda manga en el Estadio do Dragao promete sobresalto. Al final, parece que a Hitchcock le gusta mucho el fútbol.
