Carlos Vázquez es uno de los interesados en jugar con la selección cubana. Autor: Cortesía del entrevistado Publicado: 06/07/2018 | 07:18 pm
La pluma elocuente de Eduardo Galeano legó a los apasionados del fútbol varias obras inmortales. Bien lo dijo el maestro, siempre orgulloso de su devoción por el deporte más hermoso del mundo, que «no hay nada menos vacío que un estadio vacío, ni nada menos mudo que las gradas sin nadie». Habría que agregar que no hay nada más triste que una hinchada que ama el fútbol y no disfruta con los partidos de la selección de su país.
Siguiendo esas líneas, seguramente Cuba es hoy un estadio que va llenándose de a poco. Ha ganado en fanáticos, en calidad, en sentimiento… sin embargo, aún no ha conseguido arraigar esa pasión en beneficio propio.
De cualquier forma, si conseguir resultados importantes a nivel internacional parece una quimera, al menos subir la calidad de la escuadra antillana representa un propósito a corto plazo. En este sentido, constituye una noticia halagüeña la posibilidad legal que tienen los jugadores de origen cubano residentes en el exterior —y que no abandonaron delegaciones deportivas— de integrar nuestras filas, sobre todo ante la próxima convocatoria del 8 de julio.
Con la ayuda de ellos, más el desarrollo del talento interno en diferentes categorías, la apuesta por el aumento de las contrataciones en clubes internacionales de jugadores que se desempeñan en nuestra Liga Nacional, entre otros factores no menos relevantes, la concreción de los buenos deseos para este deporte en la Isla puede ir encontrando forma.
El balón ya rueda… ¿imperfectamente?
«En el caso de los futbolistas que tenemos viviendo en el extranjero, dígase atletas que se fueron con sus padres de forma legal y mantienen la ciudadanía cubana en otros países, que se fueron por decisión personal y no han jugado representando a esas naciones en partidos internacionales, cumplen con las condiciones legales para ser convocados por la selección cubana», afirmó a JR Rolando Reynaldo Almaguer, responsable de asuntos legales y financieros de la Asociación de Fútbol de Cuba (AFC).
En este sentido, añadió Reynaldo Almaguer, tenemos jugadores que han expresado por diversas vías su disposición de defender la camiseta de la selección cubana, y en la AFC seguimos, en principio, el acuerdo de no rechazarlos, sino evaluar cada caso con sus posibilidades, porque en definitiva no han perdido su condición de cubanos y es su derecho. Aproximandamente seis futbolistas han mostrado su interés, aunque no ha pasado de la primera manifestación en su mayoría.
Hasta este momento, a las oficinas del estadio Pedro Marrero llegó ya la primera solicitud oficial de un jugador que milita en España, quien pidió de manera formal representar a Cuba con un documento legal firmado. Ahora su situación queda en manos del colectivo técnico.
Reynaldo Almaguer informó, además, que cuando un jugador firma la carta de intención, se habla del tema económico, y si este recibe ingresos de su club, entonces puede costearse el viaje para venir a probarse en la Isla. «En algunos casos podemos evaluar, si esos jugadores no tienen posibilidades financieras, ayudarlos en este aspecto. Si en definitiva es convocado para algún evento, acorde con las normas de la FIFA, la AFC sí se haría cargo de sus boletos aéreos».
Realidades y necesidades en el proceso
Acomodarse a los estándares universales de convocatorias debe ser la primera gran tarea de las autoridades balompédicas en la Isla. «Vamos dando los primeros pasos, aunque lentos. Estamos a la espera de que el Inder defina las pautas legales a seguir para todo el que se muestre dispuesto. En principio hemos evaluado de forma individual la voluntad escrita o verbal de cada deportista», explicó el funcionario.
Por su parte, Ramiro Domínguez Delgado, director jurídico del Inder, expresó que lo primero que tiene que hacer el jugador interesado, en correspondencia con su club, es un contrato con la AFC. «Aunque la AFC desee convocarlo, no puede, porque ese atleta tiene firmado un acuerdo con su club en el que no medió la parte cubana, por lo que, aunque él quiera sumarse a la convocatoria, necesita la autorización de su equipo.
«Hay una estrategia aprobada por el Consejo de Dirección del Inder desde 2014 que regula el proceso de contratación de atletas en Cuba y en el exterior y de ella ha nacido una política que está en aprobación, de la cual se derivarán las normas jurídicas que van a regular todo este procedimiento», explicó Domínguez.
Sucede que, tal y como aseguró Almaguer, estos atletas conocen lo que es el fútbol profesional y ayudarían a elevar el nivel competitivo de la selección. Por ende, este proceso exige premura, tacto y disposición por parte de las instituciones cubanas implicadas, máxime conociendo los pobres resultados recientes del elenco nacional.
«La manifestación de voluntad por parte de la dirección del país ya está dicha, ahora solo queda avanzar cumpliendo con lo que enuncia la norma FIFA, para evitar cualquier tipo de conflictos», dijo.
Los estatutos del máximo ente futbolero protegen los espacios del calendario dedicados a compromisos internacionales. De esta forma, la AFC puede negociar con los clubes sus derechos en determinadas fechas para contar con los servicios de estos atletas. Sin embargo, además de que los jugadores ofrezcan su interés, sería oportuno que los federativos y el cuerpo técnico se interesen por localizar y convidar a estos futbolistas a incorporarse al incipiente proyecto. Ofrecerles un plan ambicioso con vistas a la Copa Mundial de 2026 sería el primer paso de un positivo acercamiento.
El terreno y el técnico tienen la última palabra
Una de las voces con más peso en esta nueva puerta que comienza a abrirse para el bien del fútbol cubano es Raúl Mederos, técnico villaclareño al frente de la selección nacional. Mederos ofreció sus consideraciones a JR sobre este tema, no sin antes aferrarse a la frase de que vista hace fe.
«Ningún técnico se arriesgaría, y yo me incluyo, a convocar a un jugador a una selección sin verlo y sin saber lo que puede aportar en beneficio de su equipo. Existe la posibilidad de que viaje a Cuba algún que otro atleta residente en el exterior y, de eso ocurrir, serán probados, lo que no le garantiza estar en el compromiso internacional más inminente que tenemos.
«Algunos jugadores que salieron legalmente de Cuba cuando eran jóvenes si tienen las capacidades para ocupar un puesto en la selección, yo no tengo ningún inconveniente», declaró.
También habría que analizar, señaló el estratega, en qué nivel se encuentra jugando cada uno de los interesados, pues son muy pocos los que militan en la primera división de sus respectivas ligas. Considero que los jugadores cubanos tienen calidad para insertarse en ese mundo y no son menos que los posibles convocados o interesados, acotó.
«Pongo un ejemplo, en el caso de existir un futbolista en ese grupo que pertenezca a la cantera del Real Madrid, ¿cumplirá mejor la función que alguno que juegue en Cuba? Habría que ver, porque cualquier jugador cubano podría ir allí y estar en la cantera del Real Madrid, lo digo de corazón», sentenció.
Mi talento está con la selección
JR les ofrece el parecer de dos jugadores que se desempeñan en clubes profesionales y anhelan vestir la franela cubana.
Carlos Vázquez (Atlético de Madrid, España, defensa central): «Para mí es una gran ilusión poder vestir la elástica de la selección cubana, conseguirlo sería una hazaña. Luchar para complacer a todos los cubanos para mí sería algo increíble. Por eso cada día doy todo de mí en pos de hacer posible ese sueño y espero con ansia esa llamada en la que me confirmen mi convocatoria».
Christian Joel Sánchez (Sporting de Gijón, España, portero): «Me encantaría formar parte de la selección de fútbol de la Isla. Defender a mi país resulta un motivo de orgullo y podría contribuir a una posible mejoría del nivel de nuestro equipo nacional, además de que uno de mi grandes anhelos es enseñarle al mundo que los cubanos sí podemos triunfar en el fútbol».
Gol ¿en el reglamentario o en tiempo extra?
Hace tres meses Cuba enfrentó a Nicaragua en dos partidos amistosos. Para ese entonces, los seguidores se esperanzaron con la posible convocatoria de jugadores antillanos que actúan en clubes profesionales, tras darse a conocer esta positiva apertura. Sin embargo, próximamente volverá a concentrarse la selección y el anhelado paso definitivo podría no darse aún.
La situación exige una comunicación directa entre jugadores interesados y directivos en Cuba. Por una parte, varios futbolistas han expresado que defender el escudo cubano es un sueño y esperan con ansias una llamada; por otra, las condiciones legales invitan a que la AFC se inmiscuya de forma eficaz y profunda en la vida deportiva de estos atletas y los incluyan de una vez en sus planes, los cuales pasan por luchar la clasificación hacia el Mundial de 2026. Llevar a buen puerto esta apertura sería el primer gol en pos de la victoria. ¿Llegará en el reglamentario o en tiempo extra?