Les aseguro que atestigüé cómo la tristeza desolaba, hace unos meses atrás, a Elio Garraway, jefe de entrenadores de la selección femenina cubana de lucha. Y no era para menos. En el torneo panamericano del año 2015, con sede en Frisco, Estados Unidos, sus pupilas se fueron sin boletos para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, después de cuatro años de duro bregar.
Tras regresar a La Habana, el adiestrador y su grupo revalorizaron las tácticas y los métodos de entrenamiento empleados, en pos de dejar atrás esa mala imagen y encaminarse por el sendero del éxito.
Recientemente, JR visitó el colchón del Centro de Entrenamiento de Atletas de Alto Rendimiento (CEAAR) Cerro Pelado, donde entrenan estas chicas. Entre derribos, postura más correcta y sistemas defensivos para evitar proyecciones rivales, Garraway accedió a brindar sus declaraciones.
—Entonces, ¿quedó atrás ese mal momento y las trusas se recuperarán?
—El equipo es muy joven y el grupo de técnicos está consciente de que sí podemos recuperar terreno, porque tenemos potencial. Los entrenadores de Estados Unidos y Canadá, potencias en este deporte, reconocen que las cubanas son muy fuertes y poseen una excelente explosividad en el trabajo de pie. Pero estamos bien claros: debemos mejorar la defensa en la posición de cuatro puntos, algo que no salió bien en Frisco y trabajar en otros aspectos del combate, tanto ofensivos como defensivos.
«No obstante, en Frisco conseguimos la clasificación de cuatro alumnas para el Primer Grand Prix de Azerbaiján, que se disputará del 24 al 26 próximos, al cual asistirán las medallistas continentales y olímpicas, principalmente de Europa y Asia, así como las estadounidenses y canadienses, nuestras principales rivales del área».
—Este entrenamiento de hoy (pasado martes 8), ¿tiene que ver con ese certamen?
—Sí, como nuestras chicas son muy jóvenes, una gran parte de la preselección nacional interviene por estos días en el torneo nacional juvenil, con sede en Las Tunas, y la otra parte entrena aquí. Entre ellas aparece el cuarteto que irá al torneo de Azerbaiján, en el cual se darán dos kilogramos de tolerancia para los atletas. Ellas son las experimentadas Jacqueline Stornell (60) y Katerine Videaux (65), con mayor historial competitivo, quienes serán acompañadas por un dúo de jóvenes de solo 18 años: Lienna de la Caridad Montero (55 kg) y Yudaris Sánchez (71), esta última con un talento enorme y aún mucho por aprender. Vale citar que ya cuenta con victorias frente a campeonas mundiales y trabaja muy fuerte cada día para mejorar su técnica.
—A pocos días de la partida, ¿en qué pones mayor atención?
—En la parte táctica del combate, tanto a la ofensiva como a la defensa. Llevamos a cabo un modelaje competitivo que se asemeje a lo que debe suceder en un torneo. Como viste, cada una de ellas tuvo dos peleas. Además, enfatizamos en la fuerza explosiva, fundamentalmente en el tackle, que es la principal técnica del estilo libre y buscamos otras variantes de ataque. El fin es incrementar el nivel competitivo, buscando la continuidad de las acciones técnico-tácticas y las proyecciones de mayor magnitud, que son las que más puntos dan.
Ya no se puede decir que la lucha femenina cubana está en pañales. Nada de eso. Hace varios años que no se habla solo de gladiadores, porque la trusa comenzó a ser ceñida por chicas. Es cierto que los primeros fundamentos de este deporte fueron recibidos fundamentalmente por atletas recuperadas del judo, quienes llegaron al colchón con los «vicios» inherentes a ese arte marcial. Pero el tiempo ha pasado y el nuevo cuatrienio espera por un despegue total. Garraway lo sabe… y no se duerme en los laureles.
Las chicas no bajaron el ritmo en la fuerte sesión de entrenamiento.