«Desde niño me interesó la pelota». Autor: Ana Esther Zulueta Publicado: 21/09/2017 | 06:40 pm
NUEVA GERONA, Isla de la Juventud.— El pirata Leonardo Urgellés será uno de los jóvenes peloteros cubanos que brillará el próximo 28 y 29 de octubre junto al resto de las figuras del béisbol cubano durante la trigésima edición del Juego de las Estrellas, que se celebrará en el estadio matancero Victoria de Girón.
«Estar ahí es un sueño convertido en realidad y voy a dar todo mi esfuerzo para la victoria de Occidentales», dijo este joven pinero de 23 años, que tiene seis campañas en su haber y un futuro promisorio en el béisbol cubano, y a quien JR robó unos minutos antes de iniciar el entrenamiento para hablar de su vida y trayectoria.
«Desde niño me interesó la pelota. Mi papá y mi hermano inculcaron ese «bichito» en mí y desde entonces es mi vida. Recuerdo que no pude entrar a la EIDE por no tener el biotipo adecuado, pero no perdí nunca las esperanzas, expresó en el comienzo de nuestra conversación.
Reconoció el aporte de quienes contribuyeron a su formación. «Lo que aprendí cuando niño y adolescente se lo agradezco y agradeceré siempre a los entrenadores Bernardo San Juan, José Solano y Wilfredo Lorenzo; luego entré, por fin, en la EIDE y esa preparación me sirvió de mucho. Es lo que aplico hoy en el terreno, pero llegar al equipo de la Isla me costó trabajo», añadió.
«Fue Armando Johnson, mentor entonces del equipo del territorio en la Serie Nacional, quien definió la posición que me convenía jugar, porque antes defendía la segunda base. Fue una tarde en el estadio de Chacón, cuando jugaba en el jardín central y tras capturar un fly algo largo, me salió el corredor para tercera y lo puse out», comenta con cierto orgullo.
Entonces tenía 18 años y se jugaba la Serie Nacional número 50. «La siguiente temporada entré en la nómina de los Piratas. Las dos primeras campañas fueron pobres en materia de productividad y juegos realizados, estaba “verde” todavía y para colmo, antes de la 53 Serie Nacional fui llamado a cumplir el Servicio Militar y no pude participar.
«Cuando me licencié, volví al equipo y solo conecté 16 hits con dos dobles, un triple y un jonrón. No era lo que aspiraba, pero sentí que mejoré un poco. Desde la temporada anterior comencé a sentirme con más confianza, mejoré mis números y en la que estamos creo que estoy mejor, ¿qué usted cree?», dice riendo.
Al concluir la primera etapa de la presente campaña beisbolera, Urgellés lidera dentro de su equipo los departamentos de bateo con un promedio de 372, las carreras anotadas con 27 y las impulsadas con 38. Además, sus seis vuelacercas son referencia entre sus compañeros.
Según las estadísticas oficiales, este joven también se ha «colado» entre los diez primeros del país en varios acápites como el slugging (sexto), promedio ofensivo (décimo) y cuadrangulares (noveno).
«Empecé a prepararme fuerte y haber participado en el torneo sub-23 me permitió probarme “en caliente”. Recuerdo que José Luis, el director, me dijo que si bateaba cuatro jonrones me regalaba un bate y ahora es mío —sonríe. Nunca me propuse ser bateador de poder, pero el trabajo con las pesas me ayudó. Urgellés confiesa que el trabajo de potencia realizado bajo las indicaciones del profesor Celso Cuevas ha sido beneficioso. «También me cuido mucho el brazo, entreno con pelotas de softball y después siento que la pelota pesa menos y la puedo lanzar más lejos y más duro. Por eso me gustaría participar en el tiro a home desde los jardines en la prueba de habilidades del Juego de las Estrellas», asegura.
«No fumo y tampoco bebo alcohol. Disfruto esforzándome y todos los resultados salen del trabajo fuerte, consciente y eficiente, sobre todo cuando sabes que el público demanda que seas cada vez mejor. Me gusta intercambiar con el público, ellos te alaban cuando lo haces bien y te alientan cuando no te sale y eso es bueno.
Dicho esto, salió corriendo para comenzar el entrenamiento, convencido de que todavía sus piratas pueden llegar más lejos.