RÍO DE JANEIRO.— Llegó solo, pero su talento nos hace pensar que saldrá «bien acompañado». El taekwondoca Rafael Alba (+80 kilogramos) competirá hoy en la Arena Carioca 3, en la fecha de cierre de este deporte en los Juegos Olímpicos, y lo hará acompañado por miles de almas que estarán pendientes de su desempeño y que esperan verlo triunfar bajo los cinco aros.
El santiaguero fue el único cubano que consiguió cupo para esta cita. Según el presidente de la federación nacional, Carlos Banasco, «él (Alba) es un atleta de muchas habilidades y sabe buscar variantes ante las situaciones que se le presenten en su pelea».
En su división, Alba es uno de los hombres más respetados, pero debe moverse con cuidado, pues no pocos favoritos se han despedido de esta cita con las manos vacías. Para Banasco, el cubano tiene un segundo combate muy complicado. «Si sale airoso en ese, se puede pensar en la medalla, incluso de oro», sentenció.
La traducción de sus palabras es muy clara: Alba no debe tener dificultades para derrotar, una vez más, al tunecino Yassine Trabelsi. Pero más tarde, tendría como posible rival al uzbeco Dimitriy Shokin, campeón mundial de Cheliábinsk el pasado año.
En el taekwondo es importante poseer largas las extremidades inferiores para mantener a distancia al rival y golpearlo al peto y a la cabeza con las patadas largas. Eso es más factible, cuando existe mayor estatura. Entonces, yo los dejo con este dato: Alba mide 2,02 metros y Shokin anda por los 1,97. ¿Podrá el santiaguero aprovechar su mayor alcance si llega a enfrentarse con Shokin? Esperemos.