La buena mecánica defensiva de los avileños fue la clave para evitar las anotaciones de la novena anfitriona. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 06:29 pm
Esta noche, los Leones de Industriales se juegan la vida. Habían llegado con par de heridas a sus predios del Latinoamericano y este miércoles entraron en coma al ceder nuevamente ante los Tigres avileños, ahora a un zarpazo de la final en la presente temporada beisbolera.
Esta vez los visitantes no batearon a sus anchas, pero a la hora de los detalles, se manejaron con precisión quirúrgica. Sus rivales, en cambio, cometieron los pecados suficientes como para perder un juego tan vital. Otra vez conectaron muy poco, el engranaje defensivo falló en un momento crucial —la elección de Frank Camilo al tirar a segunda base tras el intento de sacrificio—, y en las postrimerías, la desconcentración generó el último out del juego, cuando aún había esperanzas.
Fue un bonito duelo entre dos «importados», como el granmense Lázaro Blanco y el cienfueguero Norberto González, en el que el primero terminó siendo el agraciado. «Estoy seguro de que ha sido mi mejor presentación en este campeonato. Me preparé mentalmente para este juego, para tratar de sacar siempre el primer out de cada inning y avanzar en el juego, que fue lo que me pidió el director. Mejoré poco a poco, y lo fundamental fue el control para cumplir el objetivo», confesaba Blanco después de la conclusión, algo dramática, del partido.
También notable fue el desempeño de Norberto, quien antes del decisivo doble de Raúl González en el quinto capítulo mostró una de sus mejores versiones en la presente campaña. Además, el relevo del artemiseño Miguel Lahera fue de altos quilates.
Hay que reconocer que los dirigidos por Javier Méndez pusieron todo su empeño por, al menos, igualar el marcador. Sin embargo, cada intento se estrelló contra el muro defensivo, casi perfecto, levantado por sus rivales.
Se hablará, y mucho, de los dos outs en home sobre Jorge Enrique Alomá, y no porque la orden de deternerlo en la antesala fuera una opción viable. «Había que hacerlo, porque al equipo le está costando batear. Ellos tenían que hacer las cosas perfectas para evitar la carrera, y no fallaron. En el béisbol hay que correr esos riesgos», fueron las consideraciones del estratega capitalino.
Pero también se comentará sobre la distracción de Javier Camero, quien pudo convertirse en el héroe tras el doblete que sopló como emergente a la hora de recoger los bates y terminó siendo el villano, al «regalar» el último out, pensando que ya había terminado el desafío.
En la conferencia de prensa, Javier felicitó a sus rivales y comentó que saldrán hoy a buscar un triunfo, porque nada está decidido todavía. Sobre la ausencia de Stayler Hernández en la alineación, comentó que se debió a la indisciplina cometida por el jardinero. «Fue una decisión compleja, porque sabemos el peso que tiene. Que un jugador cuestione las determinaciones de la dirección del equipo y luego no participe en la preparación previa es una falta que no podemos tolerar, porque resquebraja la disciplina del equipo», explicó tajante.
Por su parte, Roger Machado se mostró satisfecho con el resultado, pero repitió que todavía no han cumplido. «Es un triunfo importante, más por ser en terreno ajeno, pero no podemos confiarnos. Industriales puede dar guerra todavía», expresó el timonel de los Tigres, quien anunció para la apertura de hoy al refuerzo santiaguero Alberto Bicet. En la trinchera opuesta fue confirmado el también derecho Frank Montieth.
Se encendió el tabaco
En el extremo más occidental de la Isla volvieron a vivirse horas de tensión con otro duelo entre Cocodrilos y Vegueros, decidido de la manera más insospechada. El lanzamiento escapado del relevista Alexander Rodríguez, que desequilibró definitivamente el marcador, fue el peor cierre para un pulso en el que ambos bandos volvieron a poner toda la carne en el asador.
Conscientes de la trascendencia que podía tener un desenlace adverso para la supervivencia, los locales se encomendaron a la efectividad de Erlis Casanova, y este se presentó a la altura de las circunstancias. En contraste, el refuerzo santiaguero Danny Betancourt dejaba el montículo sin completar siquiera el primer acto, después que los imparables sucesivos de Alarcón y William Saavedra pusieran a funcionar la pizarra del Capitán San Luis.
Todo parecía indicar que el vuelacercas del inicialista vueltabajero frente al relevista Yoandy Ruiz sería suficiente para empatar la serie, pero a la película le faltaba entonces su mejor parte, una especie de carrusel de emociones, con batazos y movidas —algunas interesantes, otras controversiales— como el mejor aderezo.
Como de costumbre, los matanceros sacaron el colmillo para tomar ventaja, y la respuesta local, con los cuadrangulares de Donal Duarte y el segundo de Saavedra en la tarde, ambos sobre envíos de Jonder Martínez, volvieron a parecer una sentencia. Pero Jorge Gallardo, el timonel pativerde, dilató la actuación de Liván Moinelo, inefectivo desde mucho antes que Danger Guerrero le despachara la pelota por encima de la barda del jardín izquierdo para establecer otra paridad.
Como lo hizo Víctor Mesa la noche anterior con Freddy Asiel Álvarez, el director local apostó la suerte de los suyos a su mejor carta. Yosvani Torres se encaramó en el box para sostener un sueño en constante peligro… hasta el wild del cerrador matancero.
Ya es seguro que las batallas regresarán al pantano. Víctor aseguró que «apostará» por Freddy en pos de la ventaja, y Gallardo confirmó que no será Torres su contrapartida. La responsabilidad, entonces, quedará entre Yaifredo Domínguez, Vladimir Baños o Wilber Pérez.