El matancero Luis Yander La O es decretado quieto en home. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 06:05 pm
MATANZAS.— Los Cocodrilos matanceros descargaron todo el poder de su mordida sobre los Piratas de la Isla de la Juventud, para triunfar antes del límite en la apertura de la presente postemporada beisbolera, que hoy repite cartel en esta ciudad y suma actividad en tierras bayamesas.
Minutos antes de romper hostilidades, desde ambos lados se respiraba máximo respeto, cierta cautela, pero también confianza en la capacidad de sus respectivos equipos. De un parte, Víctor Mesa llamaba a sus pupilos a asumir el trascendental momento, convencidos de una victoria posible a partir de redoblar el sacrificio demostrado a lo largo de todo el campeonato. Del otro, José Luis Rodríguez Pantoja reconocía que enfrentar a Matanzas «significa un gran reto, porque fueron los mejores durante todo el torneo. Pero es béisbol, y como todo deporte plantea retos, que los muchachos están listos para asumir y crecerse».
Pero ya sobre el diamante, comenzaron a cumplirse las hipótesis previas. Una de ellas, que es el staff de abridores uno de los puntos débiles en la nómina visitante, y de probarlo se encargó el refuerzo santiaguero Ulfrido García, quien apenas pudo superar la segunda entrada del partido. Abriendo ese inning, Yadiel Hernández lo recibió con un fogonazo sólido a la pradera central que hizo volar en pedazos la confianza del serpentinero indómito. Entonces, par de boletos y cañonazo impulsor del recién incorporado William Luis desataron la euforia de un abarrotado graderío volcado al apoyo incondicional de los suyos.
Por otra parte, el equipo local es de los que no perdona las debilidades del contrario ni los deslices ajenos. Por eso, no lo pensó mucho su alto mando para la orden de robo —a fin de cuentas cubría el receptor más «estafado» en la liga—, ni tampoco Luis Yander La O para aprovechar la distracción de Michel Enríquez y lanzarse hacia el home. Lo demás fue desatar un feroz ataque que tuvo a Yadiel como mariscal de campo, con noche perfecta en cuatro turnos, vuelacercas incluido.
Mientras, los esfuerzos de la armada pinera se estrellaron una y otra vez. Primero frente a los envíos de Yoanni Yera, luego contra las buenas maneras de Yadier Hechevarría, y después ante el efectivo cierre de Noel Ortiz, quienes hicieron estériles la nada despreciable cifra de 11 hits salidos de los bates enemigos.
Ya en los finales, una controversial orden de sacrificio y un cuestionable lanzamiento —el segundo más bien parecía escapado— calentaron el juego, pero afortunadamente se impuso la cordura, medida arbitral mediante.
Así, quedó visto que, libra por libra, los Cocodrilos lucen superiores. Eso no quiere decir que el barco filibustero se vaya a pique, por más que le lastre el mazazo psicológico. Quedan aventuras, algunas del otro lado de la ensenada de Batabanó, donde los aguerridos Piratas han montado más de una emboscada.
¿Será una cabalgata?
Después del primer cruce semifinal en occidente, la escena quedó caliente para que del otro lado los equipos de Granma y Ciego de Ávila desenfunden sus mejores armas. El estadio Mártires de Barbados acogerá los dos primeros enfrentamientos de un duelo al parecer más parejo, aun cuando los anfitriones no hayan dejado de exhibir músculo a lo largo de la temporada.
Sin embargo, a los Tigres avileños nadie les puede esconder su cartelito de equipo con mejor desempeño en la segunda parte del torneo. Ahora, con más que la clasificación en juego, tendrán la misión de frenar en patio ajeno a unos Alazanes literalmente desbocados.
Solo que la tropa de Carlos Martí llega con un staff de lanzadores que no alcanza a las prestaciones de su «enemigo», por más que en sus filas milite Lázaro Blanco, el pitcher más ganador de la campaña. En contraste, la adquisición en la feria de los refuerzos del espirituano Ismel Jiménez dio a la tropa de Roger Machado una vitalidad envidiable, pues su calidad se une a la Yander Guevara, la recuperación de Vladimir García, y el respaldo de Yunier Cano, este último revelación en el cuerpo de serpentineros avileños. Para ellos será la titánica tarea de domar a la tanda del terror que como referente tiene a Alfredo Despaigne, Urmari Guerra, José Gillermo Avilés y Lázaro Cedeño.
Sin dudas, serán estas unas batallas de más complicado pronóstico, pero me inclino por la pegada granmense, aunque sospecho que no será suficiente. Ya veremos.