Lo que bien se aprende nunca se olvida, demostró Maradona (izquierda). Autor: Reuters Publicado: 21/09/2017 | 05:54 pm
Este lunes y mediante contagiosas fintas y tiros a balón parado, el fútbol dijo no a todo tipo de discriminación. El Estadio Olímpico de Roma fue sede de un peculiar «Partido Interreligioso por la Paz», que convocó el Papa Francisco y organizaron Scholas Occurrentes y la Fundación Pupi italiana, creada en 2001 por el ex jugador argentino Javier Zanetti.
El evento surgió de una conversación mantenida en abril de 2013 entre «Pupi» Zanetti y el Papa Francisco, en la que el Pontífice, según el jugador, le transmitió la idea de organizar un encuentro que sirviera de unión entre personas afines a distintas religiones.
Los jugadores que intervinieron fueron recibidos por el Papa en la sede del Vaticano. «Este partido será una ocasión para recaudar fondos que serán destinados a proyectos solidarios, pero también será un reflejo de valores universales que el fútbol y el deporte en general pueden fomentar: la lealtad, el intercambio, la aceptación, el diálogo y la confianza en los demás», les expresó Francisco a los futbolistas, algunos ya retirados del deporte activo.
«Incluso con vuestras actitudes cotidianas, llenas de fe y espiritualidad, humanidad y altruismo, podéis dar testimonio en favor de los ideales de pacífica convivencia civil y social, para construir una civilización basada en el amor, la solidaridad y la paz», aseveró el Pontífice.
Por eso, este cotejo devino verdadera oda en contra de la guerra. Los disparos fueron de balones a puerta, en pos de anotar un gol, y no de cañonazos para destrozar un barrio pletórico de niños en Palestina. Por eso también, la estrategia de los directivos consistió en armar un buen mediocampo por donde circularan las esféricas y se abrieran los espacios para burlar a la defensa rival. El objetivo no fue, entonces, equipar un avión con todos los hierros con la clara intención de bombardear una ciudad indefensa.
Por demás, no hubo reclamaciones por una bola fuera que transgredió los límites de juego, ni protestas ante una decisión arbitral. Lo que sí primó fueron las demandas por la paz y los jueces le sacaron «tarjeta roja» al genocidio y al terrorismo.
El evento reunió a futbolistas de diversas nacionalidades. Entre otros, tocaron la pelota Diego Maradona, Arturo Vidal, Samuel Eto’o, Mesut Özil y Zinedine Zidane. Latinoamérica estuvo bien representada, con jugadores de la talla de Ronaldinho, Freddy Guarín, Maxi Rodríguez e Iván Zamorano.
Según expresó el Papa, los fondos recaudados serán donados al proyecto «Una alternativa de vida», para crear una red de escuelas en Buenos Aires.
Y claro está que, entre paz y confraternidad, ustedes también querrán saber cómo terminó el partido. Pues les cuento que el equipo Azul, el de Scholas Occurrentes, formó con Ginluigi Buffón, Hugo Campagnaro, Laggrotaglie, Walter Samuel, Gabriel Heinze, Mascherano, Maradona, Baggio, Radja Nainggolan, Ricky Alvarez, y Juan Iturbe.
Y el equipo Blanco, el de la Fundación Pupi alineó a Fernando Muslera, Zanetti, Diego Lugano, Iván Córdoba, José Chamot, Cristian Ledesma, Diego Simeone, Alessandro Del Piero, Carlos Valderrama, Iván Zamorano y David Trezeguet.
El primer tiempo terminó 2-0 con goles de Iturbe y Baggio, ambos tras pases de Maradona. Schevchenko descontó, de penal, para el equipo Blanco. Luego, Icardi, quien marcó un doblete, y Hemed le dieron vuelta al resultado. Más tarde descontó Roque Santa Cruz para el equipo Azul y luego Schevchenko volvió a convertir e Icardi selló el 6-3 a favor de la Fundación Pupi.