Indalecio Alejandrez no se conforma con la clasificación de los granmenses. Autor: Osviel Castro Medel Publicado: 21/09/2017 | 05:25 pm
BAYAMO, Granma.— A las 11:30 de la mañana es casi imposible permanecer sobre la grama del estadio bayamés Mártires de Barbados. El sol parece devorar la hierba y convertir la piel en ampolla gigante.
Sin embargo, los integrantes de la preselección de béisbol de Granma se «queman» los músculos sin doblegarse por la temperatura irresistible. Desde hace cuatro semanas sudan a mares para estar en forma el 25 de noviembre, fecha de arrancada de la Serie Nacional.
«¡Vamos, vamos, ponle más!», se le oye gritar a uno de los preparadores físicos. Mientras, en el banco de primera, observando cada movimiento, está Indalecio Alejandrez Mesa, el timonel que la pasada contienda mantuvo a los granmenses en el cuarto lugar conseguido en la 50 serie.
Para este hombre, que dirigió el equipo nacional femenino de softbol durante cinco años, la meta ahora no puede ser solo la clasificación. «Hay que pensar en discutir un título», le dijo categórico a JR en medio de los entrenamientos.
Para concretar esos sueños tan ambiciosos el estratega cuenta con casi la misma tropa del anterior campeonato, aunque esta vez se suman elementos nuevos como el torpedero Yordan Calaña, un tunero que ayudó mucho a la causa granmense en pasadas campañas, incluida la de 2005-2006, cuando los Alazanes también conquistaron el cuarto peldaño del país.
Además, para esta versión Carlos Barrabí y Ciro Silvino Licea —quien debe ingresar pronto al selecto club de 200 victorias— están entrenando desde el principio, algo que no sucedió en el torneo precedente, pues el Indio del Dátil se incorporó a la nómina después del primer tercio; en tanto el receptor de Campechuela no logró llegar a las prácticas, aquejado de alta tensión arterial.
«Hemos realizado ajustes porque Granma tradicionalmente alcanza su forma al bate después de la primera mitad y ahora son solo 45 partidos», nos comentó Indalecio.
También se refirió a la existencia de implementos —al menos bates y pelotas— suficientes para encarar la preparación, algo que representó un dolor de cabeza en entrenamientos pretéritos.
Y agregó que si el pitcheo le funciona se puede pensar en grande. Ese mismo optimismo mostraron Yordanis Samón, Ramón Tamayo, Urmaris Guerra, Roel Santos, Alberto Soto, Luis Ferrales y Leandro Martínez, puntales del equipo junto a Alfredo Despaigne, quien no estaba en la preparación el día de la visita de JR porque acababa de ser padre nuevamente, esta vez de un niño: Alfredo (junior).
Samón se refirió, por ejemplo, a un factor importante en los deportes colectivos: los años que llevan jugando juntos los regulares. Y Ramón Tamayo expuso que esos deseos de llegar lejos se han incorporado a la psiquis del grupo. «Tenemos la mente puesta de verdad en una medalla, ya es hora de darle esa alegría al pueblo», dijo el pimentoso camarero.
Por cierto, Granma ha alcanzado solo una medalla en estas lizas: bronce, en 1989, con la batuta del avezado Carlos Martí Santos.
Y ahora necesitan mejorar más que el pitcheo, la defensa, la concentración y el pensamiento técnico-táctico para repetir o superar esa actuación. Deben aprobar la asignatura de la disciplina, que siempre contribuye a la unidad, la cohesión, el sacrificio colectivo y hasta multiplica los sueños... por lejanos que parezcan.
La primera víctima
La fase clasificatoria del III Clásico Mundial de béisbol tuvo en el equipo de la República Checa su primera víctima, sentenciada al caer este sábado con pizarra de 12-5 ante la representación de Gran Bretaña.
La «defunción» de los checos ocurrió en el Armin-Wolf Baseball Arena de la ciudad alemana de Regensburg, donde el equipo de Canadá se ratificó como favorito al vencer a los locales con marcador de 16-7.
Así, los canadienses avanzaron directamente al duelo que define el ganador del grupo y por ello, el dueño del boleto a la fase final del torneo. Por su parte, los anfitriones enfrentarán hoy al equipo británico para definir el otro finalista de la llave.
Mientras, en la ciudad floridana de Júpiter, la escuadra de Sudáfrica se impuso finalmente este sábado por 5-2 a la de Francia, en el partido sellado un día antes a causa de la lluvia. Los sudafricanos buscaban también al cierre convertirse en rivales de Israel en la final de este grupo, pero para ello tenían que aventajar a la novena de España.