PARÍS, junio 29.— En plena tormenta y con pocas señales alentadoras de momento, el fútbol francés rendirá cuentas mañana ante la Asamblea Nacional, con la presencia de los vapuleados Raymond Domenech y Jean Pierre Escalettes.
Domenech, el antipopular técnico galo saliente, ya tenía muchos detractores en el umbral de la Copa Mundial de Sudáfrica-2010. Recibió insultos de Nicolás Anelka y soportó una huelga de los jugadores para no entrenar en pleno torneo.
Peor aún, se prestó para leer a los periodistas el comunicado de los futbolistas negados a tomar parte en el entrenamiento dos días antes del partido final de Les Bleus contra los anfitriones.
Su mayor asidero para mantenerse en el puesto contra viento y marea fue precisamente Escalettes, todavía presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), quien ya adelantó su renuncia que se hará oficial el viernes.
Los dos deberán hablar mañana miércoles a las 11:00 hora local (09:00 GMT) ante la Comisión de Asuntos Culturales, en dos audiciones abiertas a la prensa. Todo esto ocurre en medio de la amenaza de la FIFA y de su propio titular, Sepp Blatter, quien dijo que no permitirá a Francia ejercer presiones políticas contra la FFF.
Francia fue eliminada en Sudáfrica-2010 en la primera ronda, después de alcanzar apenas un punto de nueve posibles y marcar un solo gol.