RÍO DE JANEIRO. — «Quien a hierro mata, a hierro muere». Tal refrán pululó entre las filas de los pedalistas cubanos, que este martes cosecharon un título, una medalla de plata y otra de bronce, en las pruebas de velocidad del torneo de ciclismo de los XV Juegos Panamericanos.
En la rama masculina no hubo exabruptos. Con sus rítmicos y letales pedalazos, el capitalino Julio César Herrera rompió el maleficio que embriagaba a los cubanos y firmó el primer título para la Isla en la historia panamericana de esta modalidad.
Experimentadísimo, Herrera, quien en semifinales había filmado una especie de “ciclo-boxing” con el estadounidense Andy Lakatosh, se hizo un llamado a la calma y concentración para dirimir la final contra el también norteño Ben Barczewski.
Ya en el óvalo, ganó las dos pruebas necesarias, con tiempos de 11.303 y 11.080 segundos. Y así escaló a lo más alto del podio de premiaciones.
Entre las chicas, la cubana Lisandra Guerra, campeona mundial, debió conformarse con la medalla de plata al caer en la final frente a la colombiana Diana María García. La sprinter yumurina ganó el primer heat con un excelente crono de 11.920 segundos, mientras en el segundo podía haber sellado el triunfo, pero a la salida de la curva, y sin proponérselo, no pudo conservar su línea, obstaculizó el paso de su rival y fue descalificada. En el tercer y decisivo intento, Diana fue superior (12.153).
Mediante similar decisión, la cubana Arianna Herrera pudo obtener una meritoria medalla de bronce en esa prueba del sprint frente a la venezolana Angie González. Tras ganar la primera carrera (12.502 segundos), cayó en la segunda y la escena quedó lista para la inhabilitación de la morocha en la «tanda de la verdad». Esos son los gajes del ciclismo, no crean que es solo darle a los pedales.