El clavadista José Antonio Guerra logró par de títulos. Foto: Juan Moreno, enviado especial
CARTAGENA DE INDIAS, Colombia.—La pelea por el primer puesto por países en el clavado de los Juegos Centroamericanos y del Caribe estaba ya definida, pero eso no impidió que esta disciplina cerrara sus acciones con una memorable competencia de plataforma ganada por el cubano José Antonio Guerra.Especialistas y público esperaban presenciar un reñido duelo entre Guerra y el mexicano Rommel Pacheco, a quien el santiaguero había desbancado hace unos días en el trampolín de tres metros.
Pero el cubano se presentó en un estado de gracia tal, que después de una impecable ejecución en sus primeros cinco saltos, cerró con una magistral demostración que le permitió sumar 556.35 puntos, su mejor registro histórico.
En ese momento, su entrada al agua desató la euforia de todos en el equipo, así como de la escuadra femenina y nuestros polistas, quienes le apoyaron en todo momento y tuvieron el privilegio de presenciar este trascendental desempeño.
«Las lesiones me obligaron en el 2004 a sacar este último salto de mi rutina, y hace poco lo reincorporé. Tiene el máximo grado de dificultad, y cuando lo realizas correctamente recibes el premio de las más altas calificaciones», reveló Guerra a una marea de periodistas que le rodeó cuando apenas se anunciaban los 107.0 puntos de su ejecución final.
Cuatro clavados sobre las 95 unidades e igual cantidad de máximas calificaciones fueron demasiado para sus rivales, y un motivo suficiente para las muestras de cariño que el público cartagenero le tributó.
De forma sorpresiva, el anfitrión Juan G. Urán sacó también el máximo provecho a su última demostración para enviar al mexicano Pacheco hasta la tercera posición, algo que recompensó el entusiasmo de los presentes en la instalación, una de las más bonitas y funcionales de las construidas para la cita centrocaribeña.
Lamentablemente, el triunfo de Guerra solo sirvió para igualar la cantidad de cetros cosechados por los mexicanos, quienes llegaron a tres gracias a la formidable actuación de Laura Sánchez en el trampolín de tres metros, donde las cubanas Yoslaydis Herrera y Yaima Mena tuvieron una discreta actuación.
Así, el triunfo colectivo correspondió a la representación azteca, dueña de una mayor cantidad de metales plateados.