Un grupo de policías de los cuerpos élite de Río de Janeiro ha puesto en práctica una novedosa iniciativa para reducir la violencia en los suburbios, que ha sorprendido a propios y extraños. Más de uno se asombró cuando vio aparecer a los gendarmes con guitarras colgadas al cuello… en vez de fusiles de asalto. Según se consigna, se trata de una iniciativa religiosa para llevar paz a los barrios pobres, pero con tanta pegada que ya hasta se anuncia la grabación de un CD. Lo que no se sabe con certeza es si los acordes musicales han logrado llevar hacia el buen camino a los delincuentes.