Ella no lo sabe y no lo sabrá. Pero tuvo, como le corresponde, sus cinco minutos de fama. Cómo lo hizo es un misterio, pero la tortuga que encontró una cámara acuática en la inmensidad del océano, la encendió y se grabó para la historia.
El aparato se le había perdido a su dueño en Aruba, estuvo en el mar durante dos meses y recorrió 1 800 km hasta que fue encontrada en una playa de EE.UU. En el pequeño video el animal golpea el equipo, muestra sus patas y caparazón. Su obra maestra es un éxito en Internet, donde más de 700 000 usuarios la han visto. ¿Famosa, no?