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Sembrando versos

Con la magia y sabiduría del proyecto cultural Oralitura Habana ha nacido en la capital la Escuela de Improvisación Poética Indio Naborí, destinada a la enseñanza
del repentismo en el público infantil

 

Autor:

Cecilia Meredith Jiménez

Hace apenas unas semanas comenzó una aventura poética. Los tripulantes son poco más de 30 niños y niñas. Juegos con las rimas, el vocabulario, la memoria, el campo semántico, con el octosílabo (métrica de los versos que se utilizan en la décima) son algunas de las herramientas que favorecerán el acercamiento de estos al arte de improvisar.

Alex Díaz Hernández, Roly Ávalos Díaz y Adriana Fajardo Pérez son los principales timoneles que fungen como profesores de tal osadía rimada. Egresados de talleres de repentismo infantil, son un fiel reflejo de que a la improvisación poética no solo se llega por tradición familiar, sino que esta, también, se puede desarrollar y aprender.

Todos ellos son los protagonistas de la Escuela de Improvisación Poética Indio Naborí, destinada a la enseñanza del repentismo en el público infantil, que nació en junio último por iniciativa del proyecto cultural Oralitura Habana.

Utilizando como base Teoría de la improvisación poética y el Método Pimienta para la enseñanza de la improvisación poética, libros que recogen la labor investigativa del escritor, repentista y docente Alexis Díaz-Pimienta para desentrañar los misterios de la creación repentística y para aprender a improvisar, las clases están destinadas a menores de entre seis y 15 años de edad, a los cuales se les agrupa por edades (entre seis y nueve años, por un lado; y de diez en lo adelante, por otro) para que el aprendizaje sea diferenciado y, por ende, más efectivo.

Los comienzos

Han servido como pie forzado para el surgimiento de esta escuela el aniversario 70 de la que pasó a la historia como la Controversia del Siglo, enfrentamiento poético entre dos grandes del repentismo cubano del siglo XX: Jesús Orta Ruiz (el Indio Naborí) y Angelito Valiente, cuya contienda octosilábica se realizó en dos partes (15 de junio y 28 de agosto), con una afluencia multitudinaria de público, y constituyó un hito para el repentismo; así como los 25 años de la creación de la Cátedra Experimental de Poesía Improvisada, fundada por Díaz-Pimienta, y de la cual derivaron los talleres especializados de repentismo infantil.

Al respecto, Alex Díaz Hernández, director de Oralitura Habana, expone que la motivación de crear la escuela estuvo desde que surgió el proyecto. Aunque en ese entonces no lograron concretar tal anhelo, sí realizaron varios talleres intensivos, sobre todo para adultos, y unos pocos, muy cortos y sencillos, para niños.

Aun así «siempre nos quedó ese deseo de lograr seguir el trabajo de Díaz-Pimienta (con sus referidos talleres especializados de repentismo infantil) y era un objetivo que, como parte de la celebración por lo de la Cátedra, se abriera, aunque sea un aula», acotó.

También era importante rescatar ese legado para evidenciar que «la décima y la improvisación se enseñan, y romper con ese mito y esa barrera de que es un don divino y solamente los dotados pueden improvisar, cuando está más que demostrado, durante los 25 años de fundación de la mencionada Cátedra, y lo vamos a seguir demostrando nosotros, que a improvisar se aprende, solo tienes que tener ganas de jugar con el lenguaje, con las palabras y la creatividad, y lanzarte a la improvisación», agregó.

Por ello, dicha escuela representa muchísimo para Oralitura Habana y es un paso significativo para la consolidación del proyecto. Con esta didáctica iniciativa no se proponen «ser una fábrica para sacar repentistas, sino todo lo contrario, brindar una llave maestra —la de la improvisación— que, una vez que (los niños y niñas) la sepan utilizar, con ella puedan abrir todas las puertas que deseen en su vida profesional en la materia que elijan.

«Además, el trabajo que logramos en nuestras clases ofrece herramientas a los menores para poder tener unas habilidades superiores a los que no han pasado por talleres de creación. Y ojalá alguno de ellos salga repentista, o neorrepentista, que es lo que estamos defendiendo desde esta aula, y otros se conviertan en investigadores, promotores, conocedores o defensores de la décima, la improvisación y el punto cubano, que es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad», concluyó Díaz Hernández.

Gracias al apoyo de la Dirección Municipal de Cultura de Plaza de la Revolución, en la materialización de este empeño han colaborado y colaboran
instituciones como la casa de cultura de ese céntrico municipio y la Casa del ALBA, que servirán de sede cada lunes, en el horario comprendido entre las 5:00 p.m. y las 6:30 p.m., durante seis meses, para desarrollar el primero de los varios módulos previstos, los cuales tendrán un fuerte componente lúdico. También, más adelante, sus organizadores pretenden extender esta escuela, al llevar a otros municipios habaneros la enseñanza del arte de improvisar, enfocada en la niñez.

Estos talleres son una forma de defender nuestro idioma e identidad. Foto: Cortesía de Oralitura Habana

Jugando a ser poetas

Algunos estudian música, otros escriben poemas; en todos, la sensibilidad, la energía creadora y los fervientes deseos de aprender algo nuevo encuentran tierra fértil. Tales son los motivos que han incitado a un inquieto grupo de infantes a enrolarse cada lunes, tras su cotidiana jornada escolar, en la fantástica aventura de jugar a ser poetas.

«Mediante el juego, que es esencial en estos encuentros, intentamos crear un ambiente relajado, agradable, de risa y festividad, en el que los propios profesores retornamos también a la infancia mientras enseñamos. La idea es que se cree una complicidad entre ellos mismos y entre nosotros con ellos. Realizamos muchos ejercicios prácticos, pero también los pequeños toman notas y se les deja tareas», explicó Roly Ávalos Díaz, uno de los profesores de la Escuela Indio Naborí.

Añadió que «tales juegos ayudan a que los niños y niñas desarrollen una agilidad mental y el gusto por la lectura, amplíen su vocabulario y conozcan exponentes de todos los tiempos del universo repentístico. Para la enseñanza también contamos con murales didácticos e interactivos, que reflejan, por ejemplo, el mapa de todos los países en los que se practica la improvisación poética, aunque esta cuente con otros nombres y otras características».

El repentismo: defensa del idioma

A la inauguración de dicha escuela, efectuada en la casa de cultura de Plaza de la Revolución, asistieron los pequeños aprendices, acompañados de sus padres y, como invitados especiales, el escritor Fidel Antonio Orta Pérez y la profesora e investigadora María Eugenia Azcuy Rodríguez (Maruly), hijo y compañera de trabajo de muchos años del Indio Naborí, respectivamente.

Ambos se mostraron felices por la didáctica iniciativa que con su nombre homenajea a uno de los más relevantes poetas y decimistas cubanos, justo cuando se cumplen 20 años de su deceso. Fidelito, como le llaman sus conocidos, en sus palabras de agradecimiento expresó que la poesía históricamente ha sido y es una forma de hacer patria y que los más grandes poetas cubanos escribieron décimas, incluso Martí, aunque muchos han sido capaces de improvisarlas.

Por otra parte, elogió la habilidad de Oralitura Habana para sorprender, renovarse y no parar de hacer en pos de la décima, que es nuestra estrofa nacional, y las vías que siempre busca para fomentar la sensibilidad hacia esta, lo cual también es una forma de defender el idioma. Asimismo, reconoció que tras ella habita un mundo maravilloso y que con los talleres los niños y las niñas realizarán un fabuloso viaje por el conocimiento.

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