Softbol de la prensa,¡el regreso! Autor: Juventud Rebelde Publicado: 06/11/2021 | 10:43 pm
A Raúl, Sigfredo, Borrego y otros, que no regresaron, pero que siempre estarán.
Cuando era muy joven (un poco más joven que ahora) escuchaba que los maestros Eddy Martin y Héctor Rodríguez, mientras comentaban los entonces muy populares juegos de béisbol de nuestra Serie Nacional, también hablaban con mucha pasión del Torneo de softboll de la prensa, del cual eran parte. Lejos estaba yo de imaginar que algún día estaría en el lineup de algunos de los equipos de tan prestigioso evento, y que además lo defendiera y disfrutara con igual devoción.
Llevo varios años vinculado con estas lides, tanto provinciales como nacionales, y puedo asegurar que no existe nada más sano para el cuerpo y para el alma. Quizá por eso conservo esta figura y carácter tan jovial, aunque no se vea a simple vista.
En mi ya legendaria presencia he logrado apoderarme de varios récords, que no son muy positivos que digamos, pero récords a fin de cuentas.
Soy el jugador que ha permanecido menos tiempos en el terreno en un juego de una Nacional del softbol de la prensa. Fue en Villa Clara, disputábamos frente a Granma. Yo, como siempre, alineaba o cargaba bates, por los equipos de la capital, que después fue representada por Medios Nacionales. Primer inning, parte alta, hombre en primera. El bateador en turno conecta una larga línea a los jardines. El corredor embasado era lento y algunos salimos del dogout a darle ánimo. Más entusiasmado que el resto, además de las palabras de aliento sumé una palabrota que por su tamaño no cabe en estas líneas. El árbitro de home me señaló con el dedo índice y sin protocolo alguno sentenció: «¡Usted está afuera!». No habían transcurrido ni diez minutos de juego.
En reciente serie provincial, el primer juego sabatino comenzaba muy temprano y a muchos softbolistas se les hacía complicado llegar a tiempo a causa del transporte. En aras de cumplir con los horarios indicados, conveniamos internamente completar la nómina de los equipos que abrían el primer turno con jugadores de otros equipos. De esta forma, no sé si porque era muy bueno, porque era muy malo, o porque llegaba temprano, durante el torneo formé parte de los cuatro elencos de la justa. Lo que realmente llama la atención son mis «numeritos» de ese año: con mi equipo, Prensa Latina, llevaba de 9-1, para un triste .111 de averaje, mientras que formando parte de otros equipos, contra PL, acumulaba de 11-9 para un envidiable .818 de promedio. Yasiel Cancio, director del equipo de PL, rápidamente encontró la solución: «Jape no juega la final con ningún otro equipo que no sea PL, pero con nosotros, permanecerá en el banco».
Miles son las anécdotas que pudiera contarles, pero ninguna supera en alegría, ni entusiasmo, al rencuentro en el terreno tras tantos meses de pandemía. Es otro regalo que nos da la vida. Ah, olvidaba decir que ICRT se vuelve a coronar campeón de la serie provincial, por supuesto, conmigo de refuerzo… Pero eso no fue lo importante, ¡lo realmente maravilloso es que todos, absolutamente todos, la pasamos muy bien y celebramos, con profundo amor y respeto, el regreso!