Las nuevas proyecciones económicas devenidas en nuestro país han traído sustanciales cambios en el pensamiento objetivo de muchos cubanos, luego de haber incidido notablemente en su bolsillo e incluso en su estómago.
Aquella vieja frase que aseguraba que aquel que no trabaja no come, parecía ser pura metáfora ante la realidad de muchos que han comido y vivido muy bien sin «disparar un chícharo», sin embargo, ahora parece tomar nuevos bríos pues, sin que sea abrumadora la cifra de personas en busca de los empleos que otorga el Ministerio del Trabajo y el sector cuentapropista ha aumentado en los últimos meses.
Algunos de los que no trabajaban ahora quieren trabajar porque «la jugada está apretada», según advierten los precios y las ofertas. Otros, que ya conocen del trabajo que ennoblece, piensan que la variante del multiempleo podría ser una interesante fuente de riqueza. Esto último es un decir porque no creo que alguien haya enriquecido trabajando honestamente, menos aún, en estos tiempos.
Un par de amigos, que desde hace años conozco y que siempre se han dedicado a la albañilería, así lo confirmaron cuando me fueron a ver la pasada semana.
—Jape, nosotros no queremos hacernos ricos, pero hay que vivir.
Quizás lo de vivir ya ellos lo tienen claro por el oficio que ejercen, reconocido entre los más lucrativos de la actualidad.
—Eso era antes, —aseguró el más joven. Ahora no hay materiales y la gente apenas construye.
Entonces me explicaron cuál es su nuevo modo de operar:
—Ahora, cuando conseguimos una «pinchita» que sabemos va a demorar un tiempo equis por la inconstancia, en el mercado estatal y «paralelo», de los recursos necesarios, mostramos a quienes nos contratan una gama de actividades con profesionalidad garantizada, que podemos asumir además de la albañilería. Nuestro cliente podrá disponer de nuestras habilidades en otras tareas como cocinar, lavar, limpiar (que incluye cambio de muebles y rediseño de interiores), cuidado y repaso escolar a menores hasta el sexto grado, así como atención esmerada y manejo de animales afectivos o mascotas.
Yo realmente quedé en una pieza cuando escuché esto, pero rápidamente el otro amigo abundó:
—Mira Jape, nosotros podemos abrir un contrato con un cliente que por ejemplo desea hacer dos paredes divisorias, azulejear un baño y la meseta de la cocina. Esto en condiciones normales se puede hacer en una semana. No obstante, sabemos que hay serios problemas con el asunto de los materiales, y que de pronto te puedes quedar corto y tienes que parar hasta que aparezca lo necesario. Esto trae consigo un tiempo de trabajo interrumpido, que puede extenderse entre medio día, hasta medio año. Para evitar tener que irnos para la casa a esperar, simplemente le proponemos combinar las diferentes posibilidades de empleo…
—¡Es muy fácil! —aseguró su compañero. Si una señora nos contrata y tiene que irse a trabajar para su empresa, mi amigo y yo, además de la albañilería, podemos asumir algunas tareas del hogar, de las que antes te hablamos, y así nunca estaremos ociosos… ¿Entiendes?
—Sí, ya creo entender, parece complicado, pero no imposible… ¿Y cuál es la duda que ustedes tienen? —les pregunté.
—Jape, ¿este estilo de trabajo se puede considerar multiempleo?