Christian McBride. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 06:45 pm
La verdad es que estoy muy ilusionado de estar en el Jazz Plaza con mi trío, junto a Christian Sands al piano y Jerome Jennings a la batería. Estaremos presentando un repertorio con temas de mis dos últimos discos, Live at the Village Vanguard y Out Here. ¡Tengo muchas ganas de que llegue el día y de compartir esta hermosa experiencia con todos los que nos acompañen!
Con esas palabras respondió el muy elogiado y solicitado contrabajista estadounidense Christian McBride, tras aceptar responder a distancia un breve cuestionario, ante su cercana presencia en la principal fiesta del jazz en Cuba.
McBride lidera hoy cinco clases de formaciones musicales, pero desde el Super Trío, que integró con Chick Corea y Steve Gadd, y el que hizo con Pat Metheny y Antonio Sánchez, este formato parece ser el más común y con el que viene a la Isla, razón por la cual le habíamos preguntado sobre el tema y su repertorio en el importante evento jazzístico.
—Comparto con quienes le consideran el número uno en su instrumento, el sucesor de Ron Carter, pero también es relevante arreglista, director y compositor. Con cinco Grammy en su carrera, aún sin llegar a los 45 años de vida y ahora director artístico del Newport Jazz Festival. ¿Qué le queda por hacer?
—¿Qué me queda por hacer? Seguir viviendo y creando. ¡Quién sabe lo que aún me espera por vivir! Me gustaría seguir teniendo la oportunidad de crear música con los mejores músicos del mundo y seguir compartiendo emociones con la gente a través de la música.
—Tocar con Ray Brown y Ron Carter son jalones brillantes de su extensa carrera. ¿Cuáles son sus paradigmas musicales, no solo en su instrumento? ¿Por qué?
—Mucha gente sabe que el artista que más me ha influenciado es James Brown. Su sonido personal, su intensidad, su groove. Otro artista que está muy presente en mí es Frank Sinatra. Quizá él sea la razón por la cual yo empecé a prestar atención a las letras de las canciones, de los estándares más populares del jazz. Su forma casi instrumental de cantar, su emoción, su habilidad para contar una historia es muy personal y especial. Siento lo mismo, por ejemplo, con la cantante Ella Fitzgerald.
—Se ha dicho de usted que al tocar el bajo «la ampulosidad desaparece en sus manos expertas, creativas y sumamente ágiles y sutiles». ¿Qué recomendaciones haría a los bajistas?
—Es muy sencillo: ser el mejor músico que puedas ser. Ser un buen músico también requiere ser una buena persona. Nadie quiere trabajar con una persona que no sea honesta y buena. No importa lo virtuoso que seas, son cosas que van ligadas directamente.
—Siento que sus inquietudes sociales han estado reflejadas en distintos episodios, como en 2008, cuando integró un quinteto estelar con curioso nombre, Five Peace Band, o en su participación en la Jazz House Kids, escuela de su ciudad natal (Montclair, New Jersey). ¿Podría hablarnos sobre sus conceptos sobre la paz y el compartir con los demás ese tesoro incalculable de su talento?
—La razón por la que me convertí en un músico profesional es por culpa de enormes músicos de la talla de Billy Taylor, Max Roach, Ron Carter, Wynton Marsalis, Kenny Barron y muchos otros que sacaron tiempo en sus apretadas agendas para hablar conmigo y con Joey De Francesco, Kurt Rosenwinkel y Ahmir «Questlove» Thompson, ¡cuando aún éramos unos adolescentes! Por ese motivo siempre prometí que si llegara a estar tan alto como esos enormes de la música, lo devolvería a las jóvenes generaciones.
«Respecto al concepto de paz, aprendo cada día el significado de la palabra, ya que cada uno tiene su propia definición de paz. Tenemos que aprender de esas diferencias para aprender a coexistir y comprender al otro».