Las inquietudes acerca de sus motivos de inspiración para concebir obras y personajes fueron recurrentes. Autor: Roberto Morejón Guerra Publicado: 21/09/2017 | 06:04 pm
El destacado escritor Daniel Chavarría llegó recientemente, junto a su esposa Hilda, a la Redacción Digital de Juventud Rebelde. Incitado por las numerosas interrogantes de nuestros lectores, el creador de las deliciosas novelas Viudas de sangre o El rojo en la pluma del loro, nos acercó de manera on line a numerosos detalles sobre su quehacer creativo y de la nueva novela que escribe.
Autor de cuantiosos artículos literarios y políticos que han recorrido el mundo en publicaciones hispanas o de habla inglesa; profesor de Lengua y literatura clásicas, guionista de cine y televisión, Chavarría intercambió por más de dos horas con los cibernautas, quienes no solo prodigaron elogios, sino que aprovecharon la riqueza del diálogo en línea para escudriñar en la génesis de sus textos y personajes.
«Quise escribir desde niño, apenas convertido en lector fervoroso; y en mis lecturas aprendí mucho sobre el oficio; pero fracasé una y otra vez durante décadas en 11 intentos por terminar una novela. Lo importante es que cometí el error muy difundido entre jóvenes con vocación de narradores, que tratan de imitar a sus mayores paradigmas. Solo me libré de ese fardo, cuando tuve una voz propia y ningún interés por imitar a nadie, y eso me ocurrió en Cuba, con Joy, la primera novela que logré terminar. De todos modos, nunca estoy muy seguro de saber si puedo terminar un libro; de hecho, tengo varios inconclusos», confesó a Patri y Gloria.
Desde Madrid, Uruguay, Venezuela y otros lejanos lugares llegaron numerosos mensajes, que coincidieron junto a los del patio en el unánime afecto, el llamado a seguir fabulando y el interés en cómo comunicarse y obtener las novelas del premio nacional del Literatura 2010.
Los usuarios Guille, Jesús Rafael y Michel Vega se interesaron por la adquisición de la biografía novelada de Raúl Sendic, a lo que Chavarría expresó que el texto, dedicado al líder tupamaro, bajo el título Don Sendic de Chamangá, fue publicado en Uruguay en septiembre de 2013, y que probablemente llegará a manos del lector cubano para la Feria del Libro de 2016, anunció.
En tanto, Mayli Rodríguez se consideró «mortificada» por «no haber podido leer aún La piedra de rapé, quisiera saber si hay alguna forma de obtenerla aunque sea de forma digital… le pido que continúe escribiendo, es un regocijo para mí leer sus libros, he pasado muy buenos momentos y he aprendido mucho de ellos».
«Tu mortificación, Mayli querida, me llena de júbilo, y no por sádico, sino porque yo trabajo para que se me quiera: busco amor, como todo el mundo, y mi manera de obtenerlo es escribiendo para generar los sentimientos que tú me agradeces. De modo que yo también me siento muy agradecido», le respondió el prolífico narrador a la vez que le explicó que muchos de sus libros se pueden adquirir de manera digital a través de Ruth Editorial.
A los internautas interesados en el nuevo texto en que trabaja les adelantó que está escribiendo «con inusitada pasión, una novela histórica sobre el todavía desconocido escritor de El Quijote apócrifo, bajo la firma del inexistente Alonso Fernández de Avellaneda, y la intención es exaltar con una novela de aventuras la enorme grandeza humana y creativa de Cervantes».
Eli se manifestó intrigada por la experimentación, en los últimos tiempos, del autor de Cuentos para ser oídos, con otros géneros como el relato corto y la autobiografía. «¿No extraña escribir otra novela policiaca?», inquirió sin miramientos.
«Mi interés por la novela policiaca —señaló— proviene de mi interés por un gran público, para atraparlo en mis redes de escritor y luego escribir sobre lo que me dé la gana. La realidad es que el 99 por ciento de los policiacos publicados en el mundo son pura basura; lo cual no quita que en el uno por ciento restante figure anualmente una veintena de obras maestras», fue la respuesta del hábil hacedor de intrigas y misterios por resolver.
Revelaciones, predilecciones y obsesiones
No fueron pocos los curiosos que indagaron acerca de la estrecha relación entre sus vivencias y la trama ficcionada de sus libros.
«A todo autor se le escapan vivencias y sentimientos. Uno les pierde el miedo cuando pasan los años y siente que los puede compartir» le respondió al respecto a Lissett, quien se preguntaba cómo era posible escribir tan buenos libros sin miedo a exponer sus interioridades.
Similar curiosidad mostró el neurocirujano Daiyan, quien indagó si la biografía Y el mundo sigue andando es totalmente real o si tiene algo de ficción. «Mi autobiografía es verídica en esencia, pero he utilizado el recurso de adornar un poco algunas situaciones y crear diálogos que serían imposibles de recordar cómo fueron en realidad», alegó el genio de la literatura luego de agradecer el elogio del médico.
Daniel Chavarría dialogó por más de dos horas con nuestros ciberlectores. Foto: Roberto Morejón.
Las inquietudes acerca de sus motivos de inspiración para concebir obras y personajes fueron recurrentes. El ojo de Cibeles, precisó al ingeniero Ariel Rill, «es el resultado de un proyecto premiado que mezclaba acciones ocurridas en la Grecia clásica con el ánfora panatenaica de la colección del Conde de Lagunillas del Museo Nacional. Desde luego, aproveché mi experiencia como docente universitario de Lengua y literatura clásicas».
A la internauta Gema le develó matices del personaje de la princesa Olga Karagina, de Viudas de sangre. «Me incitas a hacer revelaciones indiscretas sobre el parentesco de mi esposa Hilda con la nobleza rusa, y los príncipes Kurrakin. La Olga de la Viudas de sangre está inspirada en una niña criada en San Petersburgo, en la corte de Nicolás II, que en su adultez de emigrante a la caída del zarismo, tras prostituirse para sobrevivir, un día llegó a Cuba con la esperanza de instalar un petit bourdel y recaló en la Ciénaga de Zapata».
Algunas opiniones evidenciaron un gran conocimiento de su narrativa. Así lo patentizó Reinaldo cuando preguntó: «¿En algún momento cuando escribe, sobre todo las novelas, busca que el lector, inconscientemente tenga la idea de que todos sus personajes están relacionados?».
«Esta rebambaramba que usted me asigna —sostuvo el Chava— supongo se deba, en buena parte, a mi abuso, quizá, de la así llamada «novela-río», en la que como los afluentes de un curso principal, son independientes hasta el momento en que confluyen en el río grande; y eso hago yo, y algunos lectores, impacientes como usted, no esperan a que las aguas se junten, y lo diferente resulte ser lo mismo, como usted declara». Como ejemplos de esas novelas-río el escritor mencionó: Allá ellos, La sexta isla, Viudas de sangre y Una pica en Flandes.
Acerca de la correlación que advierte Rafael en los títulos Completo Camagüey, Joy y El rojo en la pluma del loro, Chavarría aclaró: «El paralelismo que usted ve en obras distanciadas en el tiempo de publicación es fundamentalmente temático, porque desde el punto de vista formal no hay paralelismo. Joy, novela que yo quiero porque fue mi primera publicación y la quiero mucho como toda primera novela, de cualquier autor, es defectuosa; Completo Camagüey es una novela que detesto, y desearía no haberla publicado nunca porque es el fruto de un rapto de locura en que me propuse escribir una novela en 12 días y salió un auténtico mamarracho, El rojo en la pluma del loro, desde el punto de vista estilístico corresponde a una etapa en que según creo, yo ya había alcanzado mi madurez».
Cuba y el «loco antojo» de contar historias
Cuba fue también palabra perenne en este diálogo. La suspicacia de los ciberlectores no pasó por alto la profunda raíz que liga a esta tierra la obra literaria del Chava.
«Se ha dicho que un escritor no es siempre ciudadano del país en que nace, sino de aquel que inspiró su obra, y yo diría también que la verdadera ciudadanía es la del país que uno escoge para morir. En mi caso, yo voy a morirme en esta ciudad de La Habana. Sigo siendo un ciudadano uruguayo, amo mi terruño, pero esa fue mi infancia, el grueso de mi obra la ha inspirado Cuba, su gesta, su Revolución, su gente, su folclor», le confiesa a Claudia el inquieto fabulador.
Y cuando Alexei le pregunta si nuestra sociedad actual puede provocar otra novela suya, no duda en asegurarle que «Cuba es un verdadero vergel y una cantera de temas literarios. Este país, por su Revolución, ha generado situaciones de gran originalidad, irrepetibles en otros contextos. De modo que no se preocupe, Alexei, la sociedad cubana me provoca el “loco antojo” de contar tantas historias que no me alcanzarían tres vidas para hacerlo».
Remembranzas de su magisterio surgieron cuando Leslie pidió que hablara de sus experiencias en la Universidad de La Habana. Entonces con añoranza y gratitud evocó: «De la Universidad de La Habana debo agradecer que nunca me botaran, pese a los numerosos desaguisados en que incurría, al punto de que algunas veces, en vez de dar mis clases de latín y griego, me ponía a leerles fragmentos de mis novelas en preparación».
Y fue entonces que, para sorpresa nuestra, entró a la redacción el colega José Luis López Sado, quien nos pidió permiso para saludar a su «profe», mientras este sonreía de evidente nostalgia y complacencia cuando su ex alumno aún le preguntaba por las conjugaciones del verbo griego eimi.
Y no pudimos los presentes evitar la sana envidia de haber vivido esa experiencia de letras al viento en plena aula universitaria, entre primicias manuscritas y tesoros etimológicos que hoy forman parte indisoluble de los enigmas a resolver en los libros del Chava, un escritor que, a sus 81 años, admite que si algo excelente tiene su oficio «es llegar a viejo y poder revivir todo lo que uno hizo en tiempos juveniles, a través de los propios personajes. Eso me rejuvenece y me proyecta hacia el futuro».
Mira aquí el mensaje que Daniel Chavarría dejó en video para los lectores de JR
Daniel Chavarría dialogó on-line con nuestros lectores (+ Fotos)