Eva Amaral y Juan Aguirre durante su actuación en Cuba. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 05:27 pm
Canciones y conceptos estéticos. Existe ahí una unión indisoluble que Amaral defiende a capa y espada. La banda española, de paso por La Habana recientemente, hurgó en los resquicios de la composición moderna para exponer su personal tratado de hacer música.
Logró así el grupo natural de Zaragoza —encima del escenario desde los años 90 del pasado siglo— conectarse con un público que lo conocía no solo por aquel mítico sencillo Sin ti no soy nada y nos «encaminó» el oído en la docena de temas que contiene Hacia lo salvaje, su propuesta discográfica más cercana en el tiempo.
«Desde que empezamos hemos hecho música sin prejuicios», decía ante un grupo de periodistas cubanos Juan Aguirre, uno de los líderes de la banda.
El guitarrista navegó por la estética de su grupo y dijo no ceñirse «a un género porque cuando una canción te llega, da igual de qué estilo viene. Eva —voz líder del grupo— tiene una manera de cantar muy personal y lo que hemos hecho ha sido intentar hacer canciones».
Aclararon que en sus textos «cabe el rock duro, la música más melódica y el folk del norte de España, que hemos recibido de niños». Y a la hora de hacer las canciones, señaló Eva que las crean en ese equilibrio de por cientos: 50 y 50 entre ella y Juan.
En esencia, los temas de Amaral transitan por las vivencias personales de sus protagonistas y también por el entorno que los envuelve. Aguirre acentuó que tanto Eva Amaral como él escriben melodías con ese sabor de la procedencia, el de ser dos personas nacidas en Zaragoza.
De ahí que hablen de «la necesidad de cambio, de mejorar lo que ves a tu alrededor, en la sociedad donde vives; y de cómo te gustaría que fuera todo». Eso vemos en Hacia lo salvaje, el disco que promueven desde su salida en 2011.
Ecléctico y con un peso en las guitarras tocadas por Juan Aguirre, el álbum, según Eva, «potencia el sentido de las canciones a través de ese sonido, donde también tienen una presencia mayor el bajo y la batería».
El privilegio de escuchar íntegramente esta nueva entrega de Amaral nos llegó en el teatro Lázaro Peña de La Habana, gracias al I Encuentro de Voces Populares. Allí también nos dieron una pincelada de volúmenes anteriores como Estrella de mar, Una pequeña parte del mundo y Gato negro, dragón rojo, entre otros.
De camino a varios países de América Latina, Amaral cumplió un deseo muy anhelado con su visita a la Isla. Sus integrantes, con referencias del son cubano gracias a la impresión que les causara Eliades Ochoa en una presentación madrileña a la que asistieron, quisieron instruirse sobre el pop-rock nacional y los géneros oriundos de la nación antillana.
«Hemos venido al festival a tocar y, por supuesto, a escuchar», declaró Eva y se apresuró a subrayar: «Sentimos mucha curiosidad por aprender y descubrir nuevos ritmos, y por enriquecerlos a través de nuestra cultura».
Juan Aguirre, por su parte, reconoció la ingeniosidad de los músicos criollos al manejar «métricas musicales y rítmicas diferentes que son bastante útiles, combinadas con nuestra manera de cantar».
Pero, cómo se encauza el pop-rock español en la actualidad y en qué punto podemos ubicar a Amaral, fueron interrogantes que también provocaron sus respuestas.
El modelo de difusión de la música se está viniendo abajo en los tiempos que corren, dijeron Eva y Juan casi al unísono. Ellos se han mantenido al margen de ese esquema que obvia muchas veces los valores auténticos y las esencias de ciertas melodías. Piensan que los medios de comunicación y las discográficas se están perdiendo propuestas interesantísimas que ahora mismo se escuchan en Madrid.
En cuanto a ellos, pues han tenido acceso a un público enorme, con el que nunca habían soñado. «A partir del tercer disco tocamos ante unas audiencias que todavía nos sorprende. Cuando vivimos aquello, que fue maravilloso, intentamos mantener un pie fuera de una industria en la que tampoco estábamos muy cómodos.
«Hemos seguido nuestro camino, evolucionando disco a disco, escuchando toda la música que hemos podido, y lo que hemos visto en el centro de Madrid es que hay un montón de propuestas muy buenas, pero que son desconocidas, incluso para nuestros amigos y para el público de nuestro país», afirmaron.
Aunque no suelen mezclar el arte con la política, el grupo nos puso al tanto del escenario español actual, cuya situación económica «trasciende a todos».
Para Juan Aguirre se trata de la necesidad de entender que «tenemos estructuras financieras que son supranacionales y unos poderes políticos supeditados a ellas... El problema de todos los ciudadanos españoles, franceses, italianos, portugueses y griegos es el mismo. Es una situación económica desastrosa. Tenemos muchos amigos que se han quedado sin trabajo y han tenido que regresar a casa de sus padres, pues han perdido las suyas, por la voracidad de los bancos.
«En esa situación no es bueno que cada uno se preocupe de su sector; todos tenemos que ver el problema común y estar unidos, como se puede ver en mi país, y eso es lo más importante», destacó.
La versión danzonera de Sin ti no soy nada hecha por la cantante cubana Argelia Fragoso y una mar de sensaciones positivas en su único concierto en la Isla, dejaron en Amaral una huella eterna.
En enero venidero siguen sus presentaciones por varias ciudades europeas. También esa fecha del calendario les marcará una nueva etapa autoral y, quién sabe si en ese manojo de temas nuevos se encuentre el sabor que encontraron en Cuba. Mientras tanto, sus seguidores isleños se quedan seducidos por lo que escucharon.