Viengsay Valdés y Carlos Acosta durante una presentación juntos. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 04:54 pm
El público pinareño repletó el teatro José Jacinto Milanés y disfrutó en grande el regreso de Carlos Acosta a Pinar del Río, acompañado por Viengsay Valdés, quienes ofrecieron un espectáculo inolvidable y diferente, informa la AIN.
De manera particular, los espectadores presentes en la sala y los que todo el tiempo estuvieron pendientes de las pantallas gigantes colocadas en su exterior, emocionados, recibieron con una gran ovación el estreno mundial de la pieza End of time, de Ben Stevenson.
Refleja la coreografía cómo las dos últimas personas que quedan en la tierra buscan una luz, una esperanza, todo interpretado con movimientos suaves, lentos, fraseando la música.
Un espectáculo alejado de los clásicos protagonizó el divo, actor principal invitado del Royal Ballet de Londres, junto a otras personalidades como la joven Valdés, acreedora de la medalla Alejo Carpentier, por su desempeño artístico.
La presentación es parte del periplo de Acosta, de 37 años, por Santiago de Cuba, Camagüey, Cienfuegos, Ciudad de La Habana y Pinar del Río, en un breve paréntesis en sus compromisos internacionales.
Precisamente a su llegada al más occidental territorio del país declaró que una vez concluida la gira, regresará a Londres, donde lo espera una nueva temporada en enero, sin embargo prometió cuando exista la oportunidad, incorporar otras ciudades cubanas.
Confesó guardar agradables recuerdos de Vueltabajo, territorio que lo rescató y gracias a ello pudo concluir sus estudios de ballet, al permanecer dos años en la Escuela Vocacional de Arte, de esta ciudad.
En el teatro Milanés en esa época de estudiante danzó varias veces en actividades de la escuela afirmó-; pero desde entonces no regresaba a su escenario, y ahora es una ocasión especial y se mostró ansioso por la llegada de la noche para bailar para este público.
Por su parte Viengsay Valdés, indicó que este tipo de gira es una idea maravillosa de Acosta, y pude divulgarse no sólo por el talento artístico, sino por su capacidad de brindarle al público algo diferente, un repertorio nuevo, con mayor amplitud.
La primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba interpretó en esta ocasión un solo con el tema de Edith Piaf, Je ne regrette rien, pieza que defendiera en el pasado Festival de Ballet de La Habana.